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La testigo, El Mallorquín y el supuesto móvil racista

En el juicio por el crimen del ciudadano angoleño Ndombele Augusto, de 16 años y de raza negra, se está discutiendo la autoría de la muerte y, según las acusaciones, si medió en él un móvil racista. La fiscal del caso, Carmen Gil, lo descarta, si bien aseguró ayer que las dos puñaladas que acabaron con la vida de Ndombele -una de ellas en el corazón- a manos supuestamente del vigilante de seguridad José David Fuertes constituyen una acción "totalmente injustificada". Mirando a los miembros del jurado, la fiscal pidió que no juzgasen en este proceso "a la víctima, puesto que ya no puede hablar y está muerta"; y refiriéndose al acusado, proclamó: "Pudo no sacar el arma, y la sacó; pudo dirigir la navaja a otro sitio del cuerpo y la dirigió al corazón; no tenía ninguna razón para matar, y mató".

Aun avalando las afirmaciones del fiscal, los abogados de la acusación particular y de la acción popular van más allá y entiende que, además, hay un móvil racista. "Mató porque era negro", coinciden. Por eso reclaman que la condena sea de 20 años de cárcel y por un asesinato. Basan su certeza de que el autor del crimen es Fuertes y no el fallecido Pablo G. S. (quien se suicidó días después). Y aluden a grabaciones hechas al teléfono de la madre de Fuertes en la que ésta, en conversaciones con amigos suyos, alude a que su hijo "en esta ocasión ha metido la pata". Su hijo tenía dos detenciones anteriores fruto de otros altercados en los que había intervenido. También se basan en el hecho de que justo al día siguiente del crimen huyó a Benidorm, y en los machetes que le fueron decomisados en el coche; también en el hecho de que tardó un mes en entregarse. Pero la principal prueba de cargo es el testimonio de la principal testigo del juicio, María del Mar C. G. Ésta, que hoy prestará declaración, señaló ayer a este periódico que el autor de la muerte fue Fuertes, y que le vio dirigirse desde la discoteca hasta donde estaba Ndombele y golpearle con el puño al menos dos veces. Afirma que ella estaba con el fallecido Pablo y que éste no fue. "Estaba de permiso carcelario y me lo llevé de allí para que no se metiera en líos". Se da la circunstancia de que esta testigo es esposa de El Mallorquín, el neonazi preso en la actualidad como autor del primer crimen racista acaecido en Costa Polvoranca. Esta testigo señala que Fuertes y el fallecido Pablo eran amigos y miembros de una misma banda ultra de Parla. Y que Fuertes mató a Ndombele al salir en defensa de su amigo Pablo. La abogada defensora, Ana Ruiz, asegura que su cliente es "inocente" y que lo acreditará durante el juicio.

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