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Los zaplanistas obligan a Díaz Alperi a retirar el plan para soterrar el ferrocarril en Alicante

Los campistas temen que el clima precongresual afecte al debate presupuestario en Cortes

El Ayuntamiento de Alicante volvió a ser ayer campo de batalla entre las dos facciones que dividen al PP valenciano y claro exponente de cómo la lucha entre campistas y zaplanistas afecta a las instituciones. El gobierno del alcalde Díaz Alperi, en sintonía con Camps, retiró ayer el proyecto de soterramiento del ferrocarril ante las críticas de los zaplanistas. En este clima, los campistas temen que el enfrentamiento afecte al debate de los presupuestos de la Generalitat, que se iniciará previsiblemente la semana previa al congreso regional del PP, previsto el 20 de noviembre.

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Fuentes del PP afines al presidente de la Generalitat reconocen que un plante de varios diputados, similar al que protagonizaron 20 parlamentarios el pasado mes de julio durante la presentación del Plan de Infraestructuras Estratégico, podría suponer la devolución del proyecto de ley de presupuestos al Consell. Una situación que, aunque improbable, no es descartada por los campistas que temen que varios diputados afines a Eduardo Zaplana podrían tener la tentación de dar un revolcón al Gobierno valenciano para forzar un acuerdo en el congreso regional del próximo mes de noviembre.

A propósito de la división en el PP valenciano, el vicepresidente segundo del Senado, Juan José Lucas, advirtió: "Una forma segura de perder unas elecciones es la división interna".

Entretanto, los zaplanistas volvieron ayer a dinamitar un proyecto del alcalde de Alicante, el campista Luis Díaz Alperi. Un fallo técnico es motivo oficial de que la Junta de Gobierno del Ayuntamiento de Alicante retirara ayer de su orden del día uno de los proyectos de más relevancia que se tramita en estos momentos en la capital alicantina: el soterramiento del ferrocarril y urbanización del suelo liberado por Renfe, medio millón de metros cuadrados. Pero la retirada estuvo marcada, antes y después de la misma, por la presión que los ediles zaplanistas han ejercido sobre ese proyecto. De hecho, el concejal de Comercio y Sanidad, Juan Zaragoza, compareció ayer públicamente para anunciar que no comparte el proyecto. Esa comparecencia obligó a Sonia Castedo, concejal de Urbanismo y persona de confianza del alcalde Díaz Alperi, a convocar otra rueda de prensa para dar su versión de los hechos. "Ha habido una confusión en los planos por parte del equipo redactor", dijo la edil.

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Antes, Zaragoza explicó sus motivos para fiscalizar a sus compañeros de gobierno: "Quienes asisten a la Junta de Gobierno son responsables subsidiarios de lo que se decida. Yo apoyo a la Junta pero yo quiero saber lo que voto". Según Zaragoza, "hay cierta confusión" con los planos. El concejal, único componente del gobierno local que no es afiliado del PP, argumenta su rechazo al proyecto porque de la parte del expediente a la que ha tenido acceso se desprende la futura construcción de "un centro comercial", y ese centro rompería el equilibrio comercial de ciudad.

"El alcalde se comprometió en su programa electoral a realizar consultas con los vecinos antes de acometer cualquier iniciativa y, desde luego, los comerciantes son vecinos de Alicante", dijo Zaragoza. En este sentido

Castedo replicó que el Ayuntamiento no puede paralizar "cualquier iniciativa que Renfe y la firma privada de desarrollo comercial de sus estaciones quiera acometer", especialmente porque se trata de un edificio de la entidad ferroviaria. No obstante, aseguró que "no hay nada oficial" que lleve a pensar que se ubicará un centro comercial en el futuro edificio de la estación de Renfe de Alicante. Según la agencia Efe, en el caso de que la Junta de Gobierno apruebe dentro de dos semanas el citado plan, posteriormente deberá transcurrir un periodo de veinte días de exposición pública antes de que el pleno municipal apruebe provisionalmente el proyecto urbanístico. Una vez llegado a ese punto, la Consejería de Territorio y Vivienda deberá proceder a dar la autorización definitiva.

La ordenación del sector de Renfe, que ya se retiró de la Junta Local de Gobierno la semana pasada, consiste, además de la construcción de una nueva estación, en destinar el gran espacio central que se gana tras el soterramiento a zonas verdes y dotaciones públicas, con el objetivo de crear un bulevar como prolongación de la avenida de la Estación hasta la futura Vía Parque.

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