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OPINIÓN DEL LECTOR
Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Colegios y guarderías

En su artículo titulado Compañeros de 15 países distintos elogian la labor del colegio público Federico Rubio, con un 90% de alumnos extranjeros. Realmente me alegro por la suerte que tienen todos esos niños extranjeros que pueden escolarizarse y aprender a su ritmo, pero, claro, también me gustaría que nuestros niños españoles hijos de españoles no tuvieran que acudir masivamente a escuelas no públicas para poder mantener un nivel de aprendizaje como el que nosotros tuvimos.

Es difícil obtener plaza en colegios concertados de la zona de Tetuán, donde algunos, además, tienen la enseñanza privada para los más pequeños, con el coste que ello supone para los padres.

Y, desde luego, si hablamos de las escuelas infantiles de la zona les diré que existe un gran problema porque hay pocas, tanto públicas como privadas. Las escuelas infantiles públicas tienen muy buena fama, medios y espacio de recreo, y, por suerte para los niños extranjeros, ellos tienen un mayor y más fácil acceso, pero es que en las escuelas infantiles privadas, que vienen a costar en torno a unos 300 euros al mes, también sus padres tienen unas ayudas que no todos conseguimos. Pese a que, en general, el poder adquisitivo medio de un ciudadano español pueda ser algo más elevado, les aseguro que supone un importante esfuerzo cuando se tiene más de un hijo pequeño.

Todo esto unido al hecho de que muchas escuelas infantiles privadas de la zona de Tetuán están ubicadas en la planta baja de un edificio de pisos, con lo cual no tienen un recinto propio exterior para que los niños jueguen al aire libre, y suelen sacar a los pequeños a los parques públicos más cercanos.

Y en más de una escuela infantil privada tienen alguna clase, la cocina o salita para dormir los peques en un sótano, sin luz de la calle y sin ventanas que puedan ventilar el interior o servir de salida si ocurriera algún accidente o fuego. Según cuentan los directores, cumplen las normativas de la Comunidad de Madrid.

No desvistamos a un santo para vestir a otro, que intenten que todos queden vestidos.

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