Pitis, con paraguas
Hoy, un día de octubre de 2004 del siglo XXI de nuestra era, acabo de regresar de la estación de Pitis, procedente de Villalba en el tren de las 8.45, y el ascensor del andén, para poder bajar al vestíbulo, sigue sin funcionar. En la cabina de billetes está un funcionario, cosa inusual, le doy la queja y responde con toda naturalidad: "No funciona por las lluvias". Me ha dejado tan perplejo que me he puesto a temblar de miedo pensando que, si con cuatro gotas no funciona el ascensor, ¿qué pasará cuando llueva fuerte?
Esto es vergonzoso, que a las alturas del siglo que nos encontramos, con tantos avances tecnológicos, un ascensor de una estación de tren de cercanías de la capital de España necesite un paraguas para funcionar, cuando el día 11-9-2004 presenté queja por escrito en la estación de Villalba, libro A-5280, folio número 48, por la misma razón.
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