Abucheos para Floro en Son Moix
Un aburrido empate bastó para que una parte importante del público de Son Moix sentenciara a al entrenador del Mallorca Benito Floro. Cánticos y silbidos indignados, con los inevitables pañuelos blancos, despidieron a un Mallorca que ayer corrió y corrió, aunque sin saber muy bien hacia dónde. La imponente bronca puede hacer que la directiva se plantee en los próximos días la ratificación o el cese del técnico.
Por un momento, el equipo balear creyó e hizo creer a su afición en la posibilidad de un triunfo redentor. Sucedió cuando Luis García, al filo de los veinte minutos, marcó un espléndido gol de falta directa. El balón voló como un cañonazo, desde el semicírculo del área hasta la escuadra de la portería de Reina.
MALLORCA 1 - VILLARREAL 1
Mallorca: Moyà; Cortés, Müller, Ballesteros, Poli (Tuni, m. 83); Pereyra; Luis García, Farinós (Marcos Vales, m. 67), Jorge López, Arango y Delibasic (Perera, m. 67).
Villareal: Reina; Gonzalo, Peña, Quique Álvarez, Alcántara; Font (Cazorla, m. 57), Senna, Battaglia, Riquelme; José Mari (Roger, m. 70) y Forlán.
Goles: 1-0. M. 18. Luis García, de falta directa desde la frontal del área. 1-1. M. 21. Forlán marca a primer toque tras un pase de Riquelme.
Árbitro: Velasco Carballo. Amonestó a Pereyra y a Gonzalo.
Unos 12.000 espectadores en el campo de Son Moix.
Pero el espejismo se deshizo en un suspiro: a los tres minutos el Villarreal ya había anulado la ventaja local con un caracoleo de Riquelme que puso el gol en bandeja a Forlán. Equilibrado el marcador, la primera parte agonizó entre los bostezos del respetable.
No mejoró el panorama en la segunda mitad, con dos equipos poco ambiciosos sobre el campo. Pronto quedó claro que el Villarreal se contentaba con el empate. Y se hizo evidente, para el bochorno local, la incapacidad del Mallorca para lograr nada más que eso: un punto gracias a una jugada a balón parado. Pudo marcar Jorge López, que se quedó solo ante Reina y le cedió mansamente el balón. No tuvo opciones tan claras el delantero serbio Delibasic, que fue titular y acabó lesionado. Mientras tanto, Floro fruncía el ceño en el área técnica, contrariado no se sabe si con sus jugadores o consigo mismo. El Mallorca, no obstante, estaba mostrando una imagen mejor que en partidos anteriores.
El Villarreal, por su parte, jugó lento y no buscó siquiera las contras. Los hombres en punta permanecieron estáticos durante gran parte del encuentro, excepción hecha de Forlán. Recién entrado, Cazorla enfrentó en solitario al portero mallorquín Moyà, que resolvió con acierto el envite. Pero nada más. Con un punto, los de Pellegrini se fueron contentos de Son Moix, un botín algo pobre teniendo en cuenta que hasta ayer el Mallorca no había logrado puntuar en casa.
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