Expatriados sin billete de vuelta
Las empresas fracasan en integrar a sus profesionales cuando regresan del extranjero
Las firmas españolas han salido de casa y con ellas sus empleados. El número de profesionales desplazados al extranjero no deja de aumentar de unos años a esta parte. Las compañías les colman de compensaciones por ese desplazamiento, pero a su regreso, la mayoría no es capaz de aprovechar su experiencia y estos acaban por cambiar de empleo.
Una investigadora que trabaja sobre estos emigrantes estima que la mitad de ellos considera que su firma no valora su experiencia fuera
El 20% de los desplazados va a países de la UE; otro 20%, a América Latina, y el 16%, a Norteamérica, según un estudio de 2003
A principios del siglo XX España comenzó a mandar a sus primeros universitarios al extranjero para completar su formación en centros de excelencia; pero cuando volvían a España los investigadores se encontraban con un panorama desolador y los responsables de las instituciones de la época no sabían que hacer con ellos. Un siglo después, las grandes multinacionales españolas se enfrentan al mismo problema.
El número de profesionales que las empresas españolas desplazan al extranjero aumenta año tras año como resultado de la internacionalización de sus actividades. Las compañías les dan un billete de ida pero se olvidan de su vuelta. La repatriación "es una de las fases más difíciles con la que se enfrenta la empresa en el proceso de expatriación; sin embargo, las empresas la han ignorado sistemáticamente", dice en un estudio María Sánchez Vidal, profesora de Economía de la Empresa de la Universidad Politécnica de Cartagena.
Son un puñado de profesionales, unos cuantos miles, de cuadros superiores, técnicos o directivos, que están expatriados a Norteamérica (16%), la Unión Europea (20%) y América Latina (20%), según un estudio de Deloitte de 2003. Pasan, en general, entre uno y tres años fuera de España y a su vuelta las compañías no son capaces de sacar el jugo al potencial de la experiencia y conocimientos acumulados por sus trabajadores en el extranjero.
Los cambios a la vuelta son drásticos, tanto a nivel profesional como vital. Los profesionales se encuentran con la pérdida de ventajas de las que disfrutaban en su anterior destino (una gran casa, servicios especiales, etc.), un puesto por debajo del que realizaban en el extranjero, similar muy a menudo al que tenían, y que la empresa valora su estancia fuera.
"La repatriación tiene que hacerse como la descompresión de los buzos, despacio; si no, se producen daños irreparables, se pierde la motivación y la lealtad hacia la empresa, el profesional ve reducida su dignidad, etc", explica Miguel Ángel Vidal, que lleva 15 años en la gestión de profesionales en el extranjero. "Cuando estás en el extranjero te acostumbras aun ritmo de vida muy bueno y después cuando regresas a España tienes que enfrentarte a la cruda realidad, dice María, joven empleada de una multinacional española que lleva 3 años en París y dando tumbos por Europa.
El mismo puesto a la vuelta
"Los trabajadores se van al extranjero y, a la vuelta, se encuentran con el mismo puesto", señala María Sánchez Vidal. El 50% de los profesionales que la investigadora ha encuestado en el curso de su trabajo considera que su empresa no valora la experiencia que han conseguido trabajando fuera, según una consulta a 122 expatriados. Ese es el caso de María, que tras negociar su vuelta aterrizará en España en los próximos meses para ocupar un puesto que "ni fu ni fa, no veo ningún tipo de cambio respecto a lo que tenía antes de marcharme", dice al otro lado del teléfono. "Creo que no van a valorar nada la experiencia que he adquirido, si dentro de un año no se producen los cambios que espero, lo dejo", deja sentenciado.
Su advertencia se cumple en muchos casos, "un 50% los profesionales repatriados abandonan su empresa, es un porcentaje muy alto como consecuencia de la ausencia de políticas específicas de repatriación", considera Miguel Ángel Vidal, secretario del recientemente fundado Foro Español de Expatriación (FEE). Esta asociación agrupa a 13 grandes empresas españolas y pretenden convertirse en un punto de encuentro para que las compañía pongan en común sus experiencias en la gestión de los expatriados y promover la mejora de las normas que actualmente regulan este tipo de desplazamientos. Las compañías fundadoras del foro son Grupo Agbar, BBVA, Endesa, Ferrovial-Agromán, Gas Natural, Hoteles NH, Iberdrola, Indra Prosegur, Repsol YPF, Grupo Santander, Grupo Telefónica y Unión Fenosa.
Todavía "hay mucha improvisación en las grandes compañías en la gestión de la vuelta de sus expatriados", comenta Miguel Ángel Vidal, "si la empresa no sigue a esa persona a lo largo del tiempo puede provocarse el fracaso en su vuelta". Algunas compañías organizan comités que siguen el desarrollo del desplazado, pero la única solución es la planificación a largo plazo, insisten los expertos consultados, aunque "resulta imposible diseñar una carrera a tres o cinco años vista", dice Vidal. Para eso quizá sea necesaria la agudeza del profesional: "tienes que ser muy consciente del proyecto al que vas, y si vas a poder asumir una función similar a la vuelta", dice por experiencia María.
El interés de la dirección
"Es necesario enlazar la expatriación con la repatriación, y que haya interés por parte de la dirección de la empresa", explica Juan Antonio del Pozo, responsable de los trabajadores de Endesa que han sido enviados a alguna filial en el extranjero. Su compañía tiene un centenar de ellos, principalmente en países latinoamericanos
. "Se les cuida bastante y se les garantizan una serie de condiciones mínimas a la vuelta", explica, "y se intenta buscar un puesto que pueda aprovechar la experiencia que han adquirido en el extranjero", pero siempre resulta difícil encontrar un cargo con responsabilidad similar para quienes regresan a España.
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