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Perfil | José Salgueiro

Por la vía adecuada

Ramón Muñoz

José Salgueiro Carmona recuerda aún cuando viajaba en los trenes de vapor desde Galicia a Andalucía, para unir sus dos orígenes familiares. Hoy es presidente de Renfe y aquellos trenes que manchaban de carbonilla las camisas en los túneles no tienen nada que ver con los modernos AVE ni con los cómodos cercanías.

Salgueiro es de Sevilla y profesa el beticismo. Por ese lado no se ha tomado mal su traslado a Madrid desde la capital hispalense, donde ejercía de consejero de Economía de la Junta de Andalucía. Allí debía soportar la guasa de los sevillistas cuando el Betis flaqueaba. "Aquí, sin embargo, son casi todos del Madrid y no me dan ningún problema". Más gratificante es su otra afición: viajar con su mujer y sus dos hijas.

De 63 años, los últimos diez ha trabajado "codo con codo" con Magdalena Álvarez, la ministra de Fomento, de quien ha sido su segundo en la Consejería de Economía de la Junta y que le ha elegido para dirigir la mayor compañía pública. Por eso no es de extrañar que se sienta devoto admirador de la titular de Fomento, "una de las mejores elecciones que ha hecho el presidente Zapatero". Tampoco oculta su favor por Pedro Solbes, el ministro de Hacienda que "se ha portado muy bien" aligerando 5.459 millones de euros de los 7.200 millones de deuda que acumulaba Renfe. "La verdad es que nos ha quitado un buen peso de encima".

Licenciado en Empresariales y funcionario de carrera del Ministerio de Hacienda, se muestra convencido de que la eficiencia no tiene por qué estar reñida con la empresa pública, y cree que Renfe sabrá competir con garantías cuando, a partir del 1 de enero de 2005, se liberalice el ferrocarril y las empresas privadas irrumpan en el mercado. "De todas formas, no creo que vayan a aparecer, al menos al principio, un montón de compañías como ocurre actualmente en el sector aéreo".

Aunque se confiesa lector de novelas "no demasiado difíciles", no lo va a tener fácil a la hora de elaborar el Plan Estratégico por el que se regirá la empresa en los próximos cuatro años. Por lo pronto deberá procurar que los "muchísimos" trenes de alta velocidad comprados por el anterior ministro, Francisco Álvarez Cascos, circulen al menos a 300 kilómetros por hora. "Va ser difícil, porque no nos han dejado las cosas muy bien" dice, discreto, en alusión al desaguisado de la línea Madrid-Barcelona, que no cumple los criterios para que se pueda hablar de alta velocidad.

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Sobre la firma

Ramón Muñoz
Es periodista de la sección de Economía, especializado en Telecomunicaciones y Transporte. Ha desarrollado su carrera en varios medios como Europa Press, El Mundo y ahora EL PAÍS. Es también autor del libro 'España, destino Tercer Mundo'.

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