El Ejército israelí repliega tropas del campo acosado en Gaza
La retirada puede suponer el final de la Operación Días de Penitencia
Los tanques israelíes empezaron ayer por la tarde a abandonar el casco urbano de Yabalia, para replegarse a las colinas situadas al norte de la ciudad, desde las que se controla toda la zona. El repliegue de las tropas se hizo en medio de la más absoluta oscuridad, entre los gritos de victoria de algunos vecinos y el estallido de petardos. Este repliegue puede suponer el final de la sangrienta Operación Días de Penitencia.
Con esta retirada se pone aparentemente punto final a una de las ofensivas más sangrientas e importantes que el Ejército israelí ha llevado a cabo durante los cuatro años de Intifada. La Operación Días de Penitencia ha durado 16 días y ha costado más de 100 muertos, un tercio de los cuales han sido niños.
El repliegue de las tropas fue ordenado por el propio primer ministro Ariel Sharon, después de tres días de discusiones con los responsables del Estado Mayor, que habían recomendado poner punto final a la operación que se había iniciado el pasado 28 de septiembre tras la muerte de dos niños israelíes en Sderot por el impacto de misiles artesanales palestinos Qassam.
Mientras los militares recomendaban acabar con la operación, porque en su opinión se habían cumplido todos los objetivos y habían sido destruidas las redes de los activistas, el primer ministro propugnaba la continuación de la ofensiva hasta tener la completa seguridad de que no se volverían a lanzar más misiles sobre objetivos israelíes. Finalmente se ha optado por una fórmula de compromiso por la que los tanques se repliegan y permanecen en las colinas que rodean Yabalia, lo que hace a la vez imposible que desde allí los palestinos lancen misiles.
"El Ejército sionista se ha retirado derrotado de todas las posiciones", aseguraba anoche un portavoz de Hamás, al tiempo que insistía en que se trataba de "una victoria del pueblo de Yabalia". Otros portavoces políticos se mostraban, sin embargo, mucho más cautos y consideraban el repliegue como "una operación táctica" y de "relaciones publicas" tras las presiones de los últimos días ejercidas por Estados Unidos, la ONU y los países de la Unión Europea, que reclamaban el fin de la ofensiva.
Pocas horas antes de iniciarse el repliegue, las fuerzas israelíes abatieron cuatro palestinos, entre ellos una mujer de 75 años, mientras estaba tomando el ftur, la comida tradicional con la que se rompe el ayuno del mes sagrado del Ramadán.
La Casa Blanca acogió con entusiasmo las noticias del repliegue. El portavoz del Departamento de Estado, Richard Boucher, aseguró que ellos "habían esperado que esta operación finalizara rápidamente, por lo que saludamos la decisión". El portavoz añadió que ahora era el turno de los palestinos, que "deben poner fin a la violencia".
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