La inflación se desacelera al 3,2% gracias a los alimentos y el final de la temporada turística
Los precios aún no recogen el último impacto del petróleo pero suben vestido y calzado
La inflación ha encadenado su tercer mes de descensos consecutivos, aunque el precio del crudo amenaza con invertir esta tendencia. El índice de precios al consumo (IPC) subió dos décimas en septiembre y su evolución anual se sitúa en el 3,2%, una décima menos que en agosto. El fin de la temporada turística y la rebaja de los alimentos frescos amortiguaron las subidas en vestido y calzado, así como en restaurantes y algunos combustibles. La inflación subyacente, que elimina los elementos más volátiles (alimentos frescos y energía), se mantuvo en el 2,9%.
Los precios han avanzado dos décimas respecto a agosto debido principalmente al encarecimiento del vestido y del calzado tras el fin de las rebajas. La subida, según los datos publicados ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE), es una décima inferior a la de septiembre de 2003, por lo que el IPC se ha desacelerado una décima en los últimos 12 meses. Con los incrementos acumulados hasta el momento, el IPC ya ha alcanzado el 2%, objetivo oficial para todo el año.
Pese a todo, se trata del tercer mes consecutivo de descensos tras el máximo del 3,5% en junio. A la moderación de precios han contribuido principalmente los alimentos frescos y el turismo, una vez concluida la temporada de verano. Los productos frescos, los de mayor repercusión en las bajadas de septiembre, cayeron dos décimas respecto a agosto. La mejor cosecha de este año y el menor tirón del turismo, que eleva el consumo de alimentos, han incidido en la bajada.
Los precios de los hoteles, cafés y restaurantes descendieron un 0,8%, aunque acumulan una subida anual del 4%. También el capítulo ocio y cultura, que incluye los viajes organizados.
Efecto aplazado
Todos esos descensos han conseguido contrarrestar el aumento en las prendas de vestir y en el calzado registrado tras el fin de las rebajas. Sólo el vestido añadió dos décimas al IPC mensual, la mayor repercusión al alza. Entre las de mayor incidencia también figuran las de restaurantes, automóviles y otros combustibles.
No obstante, el impacto de la última subida del petróleo, que por primera vez ha superado los 50 dólares por barril, está por llegar. El efecto se percibirá en octubre, lo que previsiblemente acabará con la trayectoria de descensos del IPC. La repercusión de esos aumentos es mayor cuanto más avanza el año. El dato de noviembre se toma además como referencia para compensar las pensiones por la desviación respecto del objetivo inicial (2%), y el de diciembre, para las cláusulas de revisión salarial.
Eliminando los elementos más volátiles, alimentos frescos y energía, la inflación subyacente creció dos décimas en el mes y se mantiene en el 2,9%. Esto infunde optimismo en el secretario de Estado de Economía, David Vegara, que, no obstante, admite: "Al Gobierno le preocupa la subida del crudo". El diferencial de inflación con la zona euro, que lastra la competitividad de los productos españoles, se mantiene en un punto.
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