El desplome de un campeón
Grecia no ha vuelto a ganar desde que conquistó la Eurocopa y es la penúltima de su grupo
De la noche a la mañana, Grecia se ha bajado del pedestal. No importa que se enfrente a rivales de la cola del ránking mundial, como Albania (94ª) o Ucrania (87ª), o a otros de mayor fuste, como Turquía (13ª). No es capaz de ganar un partido, ni siquiera un amistoso ante la República Checa, desde que, de forma inesperada, se proclamó campeona de la Eurocopa disputada en Portugal este verano. Aquel insólito éxito de una selección que hasta entonces no había vencido en un solo encuentro en los torneos mayores daba a entender que el fútbol griego alcanzaba una nueva dimensión. Gustara más o gustase menos, su juego defensivo, pero sólido y compacto, calcado en todas y cada una de sus actuaciones bastó a los helenos para imponerse en una competición de primer rango y superando precisamente en la final, en Lisboa, a la anfitriona.
Tsartas, que se entrena con un club de Tercera, salvó a Rehhagel con un gol en Ucrania
Su desplome ha llevado ahora a Grecia a la penúltima posición del Grupo 2 en la fase europea de clasificación para el Mundial. Para empezar, perdió ante la débil Albania, que dirige el alemán Hans-Peter Briegel. Su técnico, el también germano Otto Rehhagel, vitoreado como un héroe al regreso de Portugal, empezó a ser objeto de las primeras críticas. Rehhagel, que había rechazado tras la cita lusa una oferta de la federación de su país para relevar a Rudi Völler como seleccionador, censuró los errores de su cuadro en Tirana. "Si cometemos tantos fallos en la parte más fuerte, que se supone que es la defensa, las cosas se complican", confesó. No se repitió la historia en el segundo envite, ante Turquía, pero en Atenas, ante su propio público, tampoco fue capaz de marcar un solitario gol: 0-0.
En el tercer lance, el pasado sábado, en Kiev, Rehhagel recurrió a Tsartas, centrocampista y ex del Sevilla que, a sus 32 años y después de su última etapa en el AEK de Atenas -un club que, con una deuda estimada en 20 millones de euros, corre el riesgo de ser declarado en quiebra-, se halla sin equipo y trata de mantenerse en forma entrenándose con el modesto Thrasivolos, de la Tercera División. El choque fue muy difícil para los helenos. Los ucranianos presionaron de lo lindo y su gran estrella, el delantero Shevchenko, del Milan, abrió el marcador tras un error de la defensa griega y, en especial, de su portero, Nikopolidis, otro de los héroes de la Eurocopa. Cuando peor lo tenía, a falta de 20 minutos para el final, a Rehhagel no le quedó más remedio que jugárselo todo a una carta. Sustituyó a un defensa, Fyssas, y dio entrada a Tsartas, quien, en el minuto 83, transformó en gol un golpe franco desde 30 metros y alimentó, todavía, las posibilidades de ir a Alemania. "Tenía muchas esperanzas en él, aunque esté en paro, si lo hacía entrar en el momento preciso. Tsartas nos pagó con un tanto increíble. Estoy seguro de que otros, en mi situación, no le habrían hecho entrar en la cancha", afirmó Rehhagel.
Los griegos, a pesar de su mala situación en la tabla, con tres puntos menos que Turquía y Ucrania y superados también por Dinamarca, Georgia y hasta Albania, se aferran a sus opciones y para ello recuerdan su propia experiencia en la fase de clasificación para la Eurocopa. Entonces perdieron sus dos primeros partidos y a continuación encadenaron una serie de victorias que les permitieron acudir a Portugal. "Era muy importante no perder ante Ucrania. El empate es positivo si ganamos los próximos partidos", dice Tsartas. "Tenemos que olvidarnos de Portugal y concentrarnos en los nueve encuentros que nos quedan por disputar en nuestro grupo. Este equipo tiene futuro", sentencia el capitán, Zagorakis, muy en la línea del pensamiento de Rehhagel: "Tenemos que olvidar nuestros errores y luchar. El partido en Ucrania era vital y el empate fue positivo. Seguimos teniendo posibilidades de clasificarnos para el Mundial". Ése es el objetivo. Sería el segundo Mundial para Grecia después del que disputó en 1994 en Estados Unidos. Entonces, ante rivales de la calidad de Argentina, Bulgaria y Nigeria, no logró marcar siquiera un gol y sus actuaciones se contaron por derrotas. Ahora sueña con la revancha.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.