Un vecino de Vigo halla el cadáver desnudo de una mujer con los pies y las manos atados
Las pruebas determinarán si el cuerpo es el de Sara Alonso, desaparecida el 18 de septiembre
Familiares y amigos de Sara Alonso tienen "la certeza" de que el cadáver hallado el sábado en la parroquia viguesa de Canido corresponde a la joven desaparecida el 18 de septiembre. Pese al avanzado estado de descomposición del cuerpo, que impidió su reconocimiento por parte de conocidos, la identificación por parte de su ex novio de un anillo en el cadáver encontrado indica, según la familia, que la mujer hallada es la chica de 24 años. A la espera de los resultados de la autopsia y la prueba de ADN, la portavoz de los amigos y familiares de Sara Alonso, María Santos, declaraba ayer: "No nos cabe la menor duda", ya que "el tiempo transcurrido y las pruebas indican que es Sara".
El cadáver, en avanzado estado de descomposición, fue hallado en Cabo Estai por el propietario de una de las fincas de la zona, al intentar retirar los restos de una zódiac en su parcela que durante meses formaron parte de un montón de basura en otro lugar, fuera de su terreno. El cuerpo, muy deteriorado, especialmente en la parte superior del torso, fue hallado desnudo, con los pies, la cintura y las manos atadas con una tira de persiana.
Sara Alonso González fue vista por última vez por un amigo en torno de las 4.30 del 18 de septiembre en un área de bares de copas del centro de la ciudad, tras manifestar que se disponía a coger un taxi para volver a casa.
En opinión de la familia, a la joven la mataron la misma madrugada en que desapareció, aunque no en el lugar en que se encontró el cadáver, pues se trata de un camino rodeado de casas, muy transitado por vecinos.
Más de un centenar de personas se concentraron ayer a partir de la una de la tarde frente al Museo de Arte Contemporáneo (MARCO). La convocatoria, realizada por diversos colectivos, pretendía demostrar la repulsa ciudadana ante el suceso, así como exigir mayores medidas de seguridad en las calles.
A pesar de que el resultado de la autopsia del cadáver todavía no se ha puesto en conocimiento de los familiares, José Alonso, tío de la joven, dijo no tener dudas de que el cuerpo hallado era el de Sara. En declaraciones a Efe, Alonso explicó que por el momento "no se tienen sospechosos ni pistas" que indiquen quién pudo ser el autor o autores de los hechos, pero depositó su confianza en que la policía pueda localizarlo pronto. Uno de los amigos de la joven, Roi López, quien estuvo con ella dos horas antes de su desaparición la madrugada del 18 de septiembre y que se trasladó ayer desde Oviedo, donde se encontraba pasando unos días, aseguró que sí desconfía de "muchas personas pero, como no tengo pruebas, no voy a acusar a nadie". "No esperábamos este final", señaló visiblemente emocionado el joven al explicar que la noche de la desaparición todo discurrió con total normalidad hasta que se supo que Sara no llegó a coger el taxi que habitualmente tomaba para regresar a su domicilio de la calle Aragón, donde vivía sola.
Rosa Neira, madre de Débora Fernández, desaparecida en 2002 y cuya muerte sigue sin ser esclarecida, hizo un llamamiento a las autoridades para que "pongan más recursos humanos y técnicos para resolver estos casos de violencia". El cuerpo de Débora Fernández fue hallado diez días después de desaparecer en una carretera secundaria que une Baiona y A Guarda.
En la misma concentración, la presidenta del Grupo de Estudios sobre la Condición de la Mujer Alecrin, Ana Míguez, quiso resaltar que la mayoría de los asesinatos de mujeres "son realizados por hombres normales y, a veces, incluso buenos padres de familia y personas encantadoras". Para Míguez, estos asesinos no tendrían por qué tener ningún trastorno psíquico sino que simplemente ejercen y muestran su poder sobre la víctima.
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