Sarrià muestra su conmoción por el asesinato de Anna Permanyer

Un millar de vecinos expresaron ayer en silencio su repulsa por la muerte de Anna Permanyer. Fue en la plaza del Doctor Ignasi Barraquer, frente a su domicilio -en el número 42 de la avenida de Sarrià- y a escasos metros del edificio Atalaya, donde se la vio con vida por última vez el pasado día 27. El cadáver de la mujer apareció el viernes en Sitges (Garraf) con fuertes golpes en la cabeza. Familiares de desaparecidos se sumaron a la protesta.

La concentración estaba anunciada como protesta por la desaparición de Anna Permanyer, pero el hallazgo de su cadáver cambió el perfil de la convocatoria. Un millar de personas, entre amigos, familiares y vecinos acudieron para mostrar su repulsa y conmoción por la muerte de la psicóloga, de 53 años, y cortaron la avenida de Sarrià durante buena parte de la tarde.

El silencio sólo lo rompieron los aplausos que acompañaron la aparición de los familiares más cercanos de Anna -su marido, José Manuel García, y sus cuatro hijos-, que recibieron los abrazos de la multitud frente a la abarrotada puerta de su domicilio. Dos horas más tarde tuvieron que bajar de nuevo: una segunda oleada llegó a las 18.00, confundida por el error de un periódico barcelonés. "Había que agradecerles a todos su apoyo", explica Carlos Rey, abogado de la familia.

Del asesinato de Anna Permanyer, que está bajo secreto judicial, sigue sin saberse mucho. La psicóloga desapareció 14 días atrás cuando se dirigía a la séptima planta del edificio Atalaya. Allí vivía desde hacía tres meses el inquilino de uno de los pisos que la familia tiene alquilados -el otro está en Sitges-. La finalidad era mostrarle una plaza de aparcamiento en el mismo edificio, por el que el inquilino había mostrado interés. La familia niega que Permanyer fuera a cobrarle el alquiler y que, por tanto, pudiera llevar encima más dinero del habitual, lo que anularía la posibilidad del robo. A la psicóloga nadie la vio salir del edificio.

Una cantera de Sitges

Los familiares siempre sostuvieron que había sido un secuestro, a pesar de afirmar que su nivel económico no es alto. Durante muchos días esperaron un contacto que nunca llegó. El cuerpo, con fuertes golpes en la cabeza, fue encontrado el viernes cerca de una cantera en Sitges. Estaba dentro de una bolsa de plástico en avanzado estado de descomposición, lo que abona la teoría de que fue asesinada el mismo día de su desaparición. Rey también descarta que muriera asfixiada, como al principio se había especulado. La autopsia ya se ha practicado, pero la familia aún no ha tenido acceso a las conclusiones.

A la concentración de ayer acudieron familiares de desaparecidos, agrupados en la asociación Inter-SOS, que pugnaban por colocar las fotos de sus ausentes en el tiro de las cámaras de televisión. El objetivo de la organización es apoyar a los que se encuentran en su misma situación y facilitar una presencia en los medios que evite el olvido. "La prensa se acuerda un día y ya está", denunciaba la madre de Noelia Gómez, desaparecida hace seis años.

Manuel Jaime, presidente de Inter-SOS, explica que un desenlace tras escasos 10 días, como en el caso de Permanyer, asegura un derrumbe sin matices. "En cambio, a medida que pasan los años, la sensación cuando encuentras muerto a un ser querido es de sosiego".

"Esta familia ha tenido mala suerte porque la han encontrado muerta. Pero lo nuestro es peor: no lo hemos encontrado ni vivo ni muerto", aseguraba la madre de Fernando Vallecillos, de quien nada sabe en los últimos dos años. ¿Prefiere la certeza de la tragedia a la esperanza? "Psé", se encoge de hombros. "La familia de Anna, al menos, ya tiene un lugar donde dejarle flores", afirma el presidente de Inter-SOS.