España se enreda en la telaraña de Bélgica

Bélgica cedió tres cuartos de campo, marcó la línea y le empató el partido a España a base de contragolpes. Si la defensa española no hubiese estado tan concentrada en el balón como en los hombres que tenía que marcar, y si el portero Moyá no hubiese regalado un balón a Van den Berghs, entonces el juego habría llevado a España a prevalecer. Porque alrededor de Iniesta los españoles manejaron mejor la pelota y el partido. Sobre todo en la primera parte. Si Bélgica arrancó un empate le debe mucho a los errores de su rival, enredado sin ayudas en su telaraña.

Bélgica es una de esas selecciones Sub'21 que juegan con el rigor industrial de los equipos nórdicos. Da la sensación de que sus jugadores -sus chavales- salen al campo embargados por obligaciones laborales. Ahí nadie juega. En el campo se trabaja con la seriedad conque trabajó Colinet, que le hizo marcaje individual a Iniesta, metido en una línea de tres tapones por delante de una defensa muy concentrada. Frente a este dispositivo, España tuvo la pelota casi siempre. Cuando la perdió, lo pasó excesivamente mal ante la velocidad y el oportunismo de los belgas. Tan mal que recibió dos goles.