Los jóvenes científicos europeos muestran en Dublín su creatividad e imaginación

Con menos de 20 años, jóvenes europeos con vocación e interés científicos hacen detectores ultrasónicos para la cromatografía de gases y encuentran nuevos y mejores métodos para sintetizar las sustancias precursoras del Prozac o para fabricar micrófonos. Estos ejemplos de los 74 proyectos, en su mayoría ricos en imaginación y creatividad, que presentaron la semana pasada en Dublín 105 jóvenes de 34 países, fueron los que obtuvieron los tres primeros premios del concurso de Jóvenes Científicos que organiza todos los años la Unión Europea.

En esta decimosexta edición participaron 22 países de la UE, otros 10 países europeos y también China y Estados Unidos. Destacaron por su calidad y entusiasmo países emergentes en este campo, como Polonia y Turquía, aunque los primeros premios fueron para un proyecto austríaco, otro danés y un tercero alemán que tenían en común que eran aplicaciones logradas con métodos nuevos, más simples y de menor coste que los estándar. Los dos proyectos españoles presentados no obtuvieron ningún galardón de los más de 20 que se otorgaron, entre ellos tres primeros, segundos y terceros premios. España tiene una pobre historia en este concurso, que comenzó en 1989, ya que sólo ha obtenido uno de los primeros premios, en 1993, hace ya más de 10 años.

El astronauta europeo Ulf Merbold, presidente del jurado, resaltó la dificultad para seleccionar entre proyectos muy variados. "Valoramos sobre todo la originalidad y la creatividad, y también la edad y la posibilidad de que los jóvenes hayan recibido ayuda externa". La edad mínima para participar es de 15 años y la máxima de 20.

Los jóvenes tuvieron un programa de actos que incluyó un encuentro con premios Nobel en las instalaciones de Intel cercanas a Dublín y una recepción con la presidenta de Irlanda, país que se ha distinguido en los últimos años por el apoyo a la investigación y desarrollo. Recientemente el Gobierno irlandés se ha dotado de un asesor científico, Barry McSweeney, que no depende de ningún ministerio. La viceprimera ministra Mary Harney presidió la entrega de los premios en el castillo de Dublín y diversos actos públicos adornaron la fase final del certamen, al que acuden únicamente ganadores de concursos nacionales. La semana pasada se celebró en Mollina el concurso español, cuyos ganadores acudirán el próximo año en Moscú a la final europea.

Allí estuvieron también algunos de los galardonados de años anteriores que han visto cumplida su vocación científica, en parte gracias a las puertas que les abrió el concurso (más información en /www.eucontestireland.com/).