Gestionar y urbanizar el Fórum
El Fórum ya ha cerrado sus puertas -o las ha abierto, si lo miramos desde la ciudad- y ha dejado algunas consecuencias notables cuya gestión no será fácil, aunque será imprescindible para su propia justificación. De estas consecuencias, la que me parece más definitiva es la transformación urbanística de un sector de Barcelona que va a tener una gran repercusión en el desarrollo y en los cambios sociales de una buena parte del área metropolitana. Pero para que esas consecuencias sean realmente positivas, habrá que hacer un esfuerzo de gestión integral y habrá que terminar todos aquellos elementos de alta significación urbana que no lo fueron en las fechas del evento mediático y espectacular, por falta de tiempo o porque no eran imprescindibles. Me refiero a que, antes de entregar este gran espacio a la ciudad -al uso cotidiano de los ciudadanos-, hay que acabar de urbanizarlo y hay que gestionarlo para ofrecer contenidos sociales evidentes.
Antes de que el Fórum sea usado por los ciudadanos, hay que acabar de urbanizarlo y gestionarlo para ofrecer contenidos sociales
Hay que terminar el puerto y la zona de baños para que puedan ponerse en funcionamiento. Son dos piezas fundamentales que tienen que completarse para corresponder a los propósitos funcionales de los proyectos iniciales. Recuérdese que lo que llamamos zona de baños es sólo el inicio de una gran instalación pública de talasoterapia que tiene que ser, por tanto, un centro de gran actividad colectiva, lúdica y deportiva. Y recuérdese, asimismo, que alrededor del puerto, en espacios que han estado ocupados provisionalmente por las exposiciones, hay propuestas muy importantes, relacionadas con el buen funcionamiento portuario. Por ejemplo, el puerto seco o almacén de embarcaciones, los servicios técnicos secundarios indispensables y la definición de las instalaciones lúdicas y docentes. La gran explanada y sus límites urbanos o paisajísticos tienen que ponerse al día antes de considerarse un espacio urbano definitivo: completar la instalación de las placas fotovoltaicas, corregir y adaptar el parque de los auditorios, resolver los empalmes con la ciudad en cuanto desaparezcan las puertas de acceso al festival, reordenar los aparcamientos en función de los nuevos usos, etcétera.
Pero quizá lo más importante es completar el programa urbanístico del entorno. Según el proyecto que se adoptó desde el inicio, hay que añadir a este entorno tres conjuntos que van a potenciar la continuidad urbana: unas nuevas instalaciones hoteleras, un núcleo universitario y una área residencial marcarán el tránsito del nuevo centro metropolitano a los barrios colindantes y prestarán una eficaz superposición de funciones. Es una operación de cierta envergadura que requerirá tiempo y que, por tanto, hay que iniciar con urgencia. Hace muchos meses se convocaron unos concursos de anteproyectos arquitectónicos para el hotel y las viviendas y fue seleccionada una serie de arquitectos jóvenes que prometían unas meritorias innovaciones y unos gestos morfológicos y tipológicos muy de acuerdo con el episodio urbano. Espero que las entidades que se encarguen de estas promociones no traicionarán las decisiones de estos concursos y, a pesar del tiempo transcurrido, confiarán en las interesantes promesas de aquellos jóvenes. No ocurrirá como en algún otro sector de Barcelona en el que los promotores que se adjudicaron la construcción de un proyecto urbano decidieron sustituir a los arquitectos designados en un concurso público municipal y estropear así la coherencia -y la calidad arquitectónica- de la operación. Espero que los jóvenes serán recordados y más respetados en el entorno del Fórum, aunque sea para demostrar que, más o menos, se mantienen los principios éticos y culturales que se han esgrimido allí.
La definición de estos entornos es, además, fundamental para influir, desde el Fórum, sobre los dos barrios vecinos, tan distintos pero tan coincidentes en la falta de urbanidad: La Mina por insuficiencia de confortabilidad y cohesión física y social y Diagonal Mar por excesiva apropiación privada -o semiprivada- de lo público o de la significación pública. Y, no lo olvidemos, el resultado más positivo de toda la operación urbanística del Fórum tiene que ser la prolongación osmótica de su arriesgada propuesta de organización formal y social hacia los barrios vecinos y la soldadura de un nuevo centro metropolitano a la continuidad urbana. Estas consecuencias urbanísticas tan positivas acreditarán definitivamente la oportunidad y la eficacia del espectáculo provisional que se alojó en el espacio del Fórum. Pero para ello hay que completarlo rápidamente y no abandonarlo a la permanencia de las provisionalidades. Si la indeterminación se prolonga, esta posible área central actuará a la inversa y se convertirá en un cáncer expansivo.
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