Los vecinos fuerzan la retirada del plan para soterrar las vías en Alicante ante la reducción de zonas verdes

El gobierno municipal de Alicante, del PP, retiró ayer el plan para enterrar la línea férrea de Alicante ante la queja vecinal de que el proyecto ha mermado las zonas verdes previstas inicialmente y ha aumentado la edificabilidad de las viviendas que se construirán sobre el suelo liberado por Renfe. El plan, que afecta a una superficie de medio millón de metros cuadrados, supone la reestructuración del tejido urbano de la zona oeste de Alicante, cuya expansión se ha visto históricamente limitada por la barrera del ferrocarril. El plan del soterramiento permite la continuidad de la trama viaria entre los barrios del oeste de la urbe y prevé la construcción de una gran estación intermodal (ferrocarril, autobús, tranvía-trenet). El espacio liberado será para zonas verdes y equipamientos y en los límites de los espacios libres se creará una nueva fachada urbana.

La concejal de Urbanismo, Sonia Castedo, rechazó que existan modificaciones sustanciales. "Hemos dejado el proyecto sobre la mesa para que los técnicos municipales lo expliquen a los vecinos, pero no hay grandes variaciones", declaró. Sin embargo, Pascual Pérez, portavoz de la Plataforma Renfe, integrada por asociaciones vecinales de los barrios de San Blas, Ciudad de Asís y Alipark, los sindicatos CC OO y UGT, técnicos de la Universidad de Alicante y el Colegio de Arquitectos, explicó que el expediente de homologación y el plan de reforma interior no se ajustaban al proyecto que el Ayuntamiento planteó a los vecinos el pasado mes de enero.

El proyecto inicial, según Pérez, reservaba 200.000 metros cuadrados de superficie sobre las vías soterradas para la construcción de un parque central, cantidad que ahora se reduce a 89.000 metros debido a la ampliación de los viales para la circulación. El nuevo documento recoge también 38.000 metros cuadrados para uso dotacional y un total de 930 viviendas. El portavoz de la plataforma se mostró satisfecho con el aplazamiento de la aprobación del plan, así como por el hecho de que Castedo haya accedido a reunirse mañana con los vecinos y técnicos municipales para debatir sus reivindicaciones.