El técnico rey de las asistencias

Cualquier aficionado al baloncesto recuerda a Pablo Laso lanzado al contraataque, el defensor pegado, y, cuando todos esperaban la bandeja, una asistencia sobre el hombro para el compañero que llega por detrás y encesta. Ésa era su filosofía: "La canasta hace feliz a uno, la asistencia a dos".

Durante 19 cursos, las aficiones de Caja Álava, Tau, Madrid, Cáceres, Trieste, Unicaja, Girona, Lleida y Valladolid han disfrutado de este pillo nacido en Vitoria en 1967. Ahora, 20 años después de su debut, 14 meses después de retirarse, Laso entrena al Pamesa.

Su nombre está entre los grandes. Es aún el líder de la ACB en asistencias, con 2.091, casi mil más que el segundo, Nacho Azofra; el primero en recuperaciones, 1.208; el segundo que más partidos ha jugado, 623, sólo por detrás de Rafa Jofresa; y el cuarto en minutos, 17.358. En su palmarés brilla la Copa del Rey ganada en 1995 con el Tau, un título especial. Meses después, durante una operación de codo, los médicos aseguraron que, anestesiado, hablaba de esa final. El Pamesa confía en este gran ex jugador, pero, hasta ayer, con sólo 14 partidos como técnico, los que dirigió al Leoni de Castellón en la LEB 2, con siete victorias y siete derrotas, y el mérito de evitar el descenso. "No hay un camino establecido para ser entrenador", cuenta Laso, "Obradovic hizo campeón de Europa al Partizan en su primer año". Manel Comas, su entrenador en el Tau y el Cáceres, le avala: "Ya era entrenador cuando jugaba, y sabe llevar un vestuario porque tiene el don de la palabra. En las sobremesas hablaba de baloncesto, no como jugador, sino como técnico. Siempre supe que él y Perasovic serían entrenadores. En mi primer año en el Tau, tras perder cuatro partidos, los jugadores estaban molestos porque había pesas a las ocho de la mañana. Pablo vino a mi despacho y me dijo: 'yo me encargo".

La vida de Laso siempre estuvo ligada a la canasta. Es hijo de Pepe Laso, ex jugador y entrenador, que le dirigió en el Tau. Con cinco años sus padres le colgaron una canasta en la habitación, pronto entró en la cantera del colegio San Viator, y a los 16 se fue a estudiar y jugar a la universidad de Big Spring, en Pensilvania. Con la selección española ganó el Mundial sub 22 de Andorra 89 y ha sido 61 veces internacional. Admirador de John Stockton, vivió una pretemporada de 20 días con los San Antonio Spurs antes de ser técnico.

"Era un gran conductor", le recuerda Rafa Jofresa, "pensaba mucho, aunque no fuera tan buen tirador ni defensor. Lo mejor era su visión por asistir a los pívots". "Un maestro del contraataque y las asistencias", añade Azofra. A Laso le sobran los elogios. Es hora de triunfar en un banquillo.