Más leña que fútbol

Tan pequeño fue el partido que lo más relevante del mismo fue la pérdida de papeles de un veterano (Alfaro), obligado a irse a la caseta porque el árbitro le ligó cuando le propinaba un golpe a un contrario. Fútbol menor, entre el Sevilla, cansado tras el partido del jueves en Madeira y llevando su modelo cartesiano al abuso, y un Racing que tiene maneras y algunos jugadores interesantes, pero al que no le fluye el juego como lo hizo durante gran parte del pasado curso.

Los racinguistas salieron con excesiva cautela y el Sevilla falto de fuerzas -y de Baptista, que le metió seis goles a los santanderinos en los dos partidos de la pasada Liga-. La primera media hora fue bastante floja. El Racing intentaba moverla sin un claro referente arriba, y no le salía del todo. La defensa hizo un buen trabajo y neutralizó las carreras de Darío Silva, y la pobre aportación de Sales en la media punta.

Ni Regueiro ni Benayoun tuvieron su día y Aganzo se dedicó en cuerpo y alma a la gresca. Desafió con la mirada y los codos a casi toda la plantilla y banquillo sevillistas, y mareó al árbitro con sus palabras. Arrancó primero una amarilla y luego la citada roja directa a Alfaro, pero quizá su equipo hubiera preferido que dedicara sus energías a atacar al contrincante por la parte legal del juego.

El Sevilla, con el melancólico Sales en la media punta, ofreció muy poco en ese tiempo. Bueno, patadas sí que dio. Los sevillistas habían cometido 11 faltas en los primeros 25 minutos y jugado muy poco. El cansancio que acumulan sus jugadores es una razón que no se puede obviar, pero tampoco vale de excusa para un equipo que ayer podía haberse colocado como tercer clasificado. En el último cuarto de hora de la primera mitad, el Racing tuvo hasta tres oportunidades claras para marcar. Benayoum se lió tras un buen pase de Parri y el sol cegó a Juanma en una ocasión, y a Regueiro en otra en el remate de dos balones bombeados. Tras el descanso, Caparrós rompió la cuadrícula y sacó el juego impredecible de Antoñito. El Racing lo acusó y el caracoleador sevillano gozó de una buenísima ocasión de cabeza. Javi Navarro tardó el medio segundo en rematar que no tardan los delanteros y falló casi solo frente a la portería. En el minuto 90 llegó la expulsión de Alfaro. Será lo único por lo que se recordará este encuentro.