Cabras contra el fuego

La Administración catalana está ultimando un acuerdo con la Federación de Entidades Catalanas de Ganaderos de Ovino y Caprino (Fecoc) para subvencionar el uso de los rebaños como agentes naturales que ayuden a controlar la vegetación. Se trata de utilizar el pastoreo como medida de prevención de incendios, recuperando aquellos tiempos en que en las montañas catalanas había algo más que árboles.

Las cabras -y en menor medida las ovejas- parecen ser las candidatas ideales para esta tarea. Estos animales, muy adaptables y resistentes, son capaces de comer ávidamente arbustos leñosos. Desde hace dos años se vienen realizando experiencias piloto en las montañas de Poblet y en la sierra del Montmell (Baix Penedès). Sus resultados constituyen "un éxito absoluto", en palabras de Francesc Batalla, presidente de la Fecoc. Según Batalla, el ganado "realiza un desbroce importante de la vegetación a un coste muy bajo".

Hay experiencias piloto en las montañas de Poblet y en la sierra del Montmell

El objetivo que se persigue es el mantenimiento de determinadas franjas con poca vegetación para romper la continuidad de las grandes masas forestales y de matorral que hoy se extienden por superficies enormes. La conservación de los cortafuegos y la recuperación de pastos y cultivos abandonados son algunos ejemplos de lo que se pretende, según explica Ramon Luque, director general de Medio Natural de la Generalitat. Luque asegura que el pastoreo va a estar controlado y supervisado por la Generalitat: "se trata de utilizar rebaños concretos bajo la supervisión de un responsable que deberá seguir un manual de buenas prácticas". Los pastores elegidos deberán comprometerse a llevar sus rebaños a determinadas zonas escogidas con un criterio estratégico

La Generalitat subvencionará el uso de estos animales porque se trata, en principio, de una actividad que "no resulta rentable para el pastor", en palabras de Batalla. Siguiendo el convenio que se está acabando de negociar, se establecerán las zonas prioritarias de actuación, que en principio van a coincidir con las áreas de alto riesgo de incendio. Se prevé establecer un acuerdo similar con la Unió de Pagesos (UP). La recuperación de actividades tradicionales será uno de los ejes del Plan de Política Forestal que la Generalitat presentará antes de final de año.

Urbanizaciones de riesgo

Está por ver si el pastoreo subvencionado puede aplicarse también al mantenimiento del perímetro de las urbanizaciones. La ley catalana obliga a rodearlas de una franja de baja densidad vegetal. Pero el mantenimiento de estas franjas es caro y apenas se han realizado. A mediados del pasado mes de julio, sólo el 13% de las 997 urbanizaciones catalanas disponían de la obligatoria franja de protección, el 19% habían iniciado los trámites, y la inmensa mayoría, el 67%, no habían hecho absolutamente nada.

Entidades ecologistas e investigadores forestales han criticado reiteradamente el modelo de desarrollo territorial vigente, que permite la construcción de casas en el interior de los bosques. En opinión de muchos de ellos, éste es el auténtico problema de fondo: el uso que se realiza del espacio, una cuestión no resuelta y que, probablemente, ni las cabras pueden ayudar a contener.