Picasso, Dalí y Juan Gris encabezan la renovación del arte español en 'Vanguardias'

Una gran exposición consagró a 1925 como el año de la vanguardia española. La Sociedad de Artístas Ibéricos reunió a jóvenes renovadores, como Salvador Dalí, que bebieron de adelantados a la modernidad formados en el extranjero. Con este punto de partida, Vanguardias 1925-1939 expone en el Museo Municipal de Málaga 39 obras, entre pintura y escultura, de artistas como Juan Gris, Joan Miró o Pablo Ruíz Picasso. La muestra, inaugurada ayer, se completa con la proyección de dos películas de Buñuel, y facsímiles de revistas literarias de la época.

Tras Cambio de Siglo (1881-1925), muestra que recogió obras españolas de años previos a las vanguardias, la Fundación Unicaja inauguró ayer, en colaboración con el Ayuntamiento de Málaga, la segunda parte de un recorrido por el arte español del siglo XX.

Las 39 obras que conforman Vanguardias 1925-1939, procedentes de la reserva del Museo Nacional Reina Sofía, recorren interpretaciones personales del cubismo, como la que hace María Blanchard en Mujer con Abanico, una de las "piezas clave de la muestra", según la coordinadora de la exposición, Lorena Canela. En esta misma corriente se enmarcan las obras de Santiago Pelegrín (Atocha-Cuatro Caminos), El violín, de Juan Gris, y la escultura Máscara acerada, de Julio González.

El Arlequín, de Salvador Dalí, representa el surrealismo, junto a la pintura La apisonadora y la rosa, de Oscar Dóminguez, una obra en la que un vaso de cristal y una rosa consiguen hacer añicos una máquina apisonadora. La primera planta alberga dos pinturas de Joan Miró (Retrato II y Pintura), junto a Sin Título, "uno de los lienzos más abstractos de Dalí, no exento de connotaciones eróticas", según aparece en la cartela de la obra.

La segunda sección agrupa las obras de 10 artistas que crearon en España "tras un exilio en el que se nutrieron de la vanguardia europea", afirmó la coordinadora. Los fundadores de la Escuela de Vallecas, Alberto Sánchez, y Francisco Passo, unen al surrealismo aspectos humildes y elementales del paisaje castellano, y Maruja Mallo reúne en El canto de las espigas, su predilección por el orden geométrico de las composiciones y la temática social.

Un estudio de composición para el Guernica de Picasso preside la sala dedicada a la Guerra Civil. En este mismo espacio, el pintor malagueño alude a la muerte con el lienzo Tres cráneos, en el que aparecen tres cabezas de cordero, y Antonio Rodríguez Luna retrata un oscuro Bombardeo de Colmenar Viejo. Completan la exposición, la proyección de las películas de Luis Buñuel Un perro andaluz y La edad de oro, y un grupo de facsímiles de revistas literarias de la época.

La muestra, que permanecerá en Málaga hasta el 30 de octubre, termina su itinerancia en San Sebastián, ciudad desde la que volverá a Madrid.