Barrientos justifica 17,5 millones de la era de Gil Marín en Estepona

El alcalde de Estepona, el socialista Antonio Barrientos, remitió ayer las alegaciones al informe de fiscalización del Tribunal de Cuentas que detectó 24 millones de euros de fondos públicos sin justificar entre los años 1995 a 1999, periodo en el que gobernó Jesús Gil Marín. Una documentación en la que se acredita el destino de 17,5 millones de euros. Barrientos ha solicitado un nuevo plazo de dos semanas para las cantidades pendientes referidas a obras realizadas en el municipio.

No obstante y según el liquidador municipal, Juan Manuel de Hoyos, existen 3,8 millones de euros pendientes de justificar en las sociedades públicas, cuya responsabilidad directa correspondería a los que fueron gerentes y administradores de las sociedades.

Barrientos declinó referirse al contenido de las alegaciones o citar los nombres de los responsables de las empresas. Uno de estos administradores fue José Ignacio Crespo, coordinador de la campaña electoral del GIL y actual socio de gobierno de Barrientos. Además de Crespo, el Tribunal de Cuentas recomendó al alcalde en 2003 que actuase contra los ex gilistas Marta Solís y Juan Manuel Rodríguez, también concejales del equipo de gobierno.

En cualquier caso, Barrientos aseguró ayer que "sea cual sea el dictamen" y "pese a quien pese" pedirá responsabilidades a quien competa, pertenezca o no a su equipo de gobierno, si se determina que causaron perjuicios a las arcas municipales por su gestión entre 1995 y 1999. Sin embargo, el regidor ya rechazó hace un año emprender acciones contra sus socios por las irregularidades detectadas, como recomendó el Tribunal de Cuentas.

Los auditores aconsejaron la adopción de las medidas necesarias para resarcir al municipio de los posibles perjuicios causados durante la etapa de gobierno del GIL. Barrientos argumentó entonces que se trataba de "cantidades indebidamente justificadas" y que, en cualquier caso, no correspondía al Ayuntamiento sino a los tribunales juzgar. En aquel momento llegó a eximir de responsabilidades a sus socios y destituyó a los liquidadores de las empresas creadas por Gil Marín.