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Archivada la querella de Miró por los gritos de 'no a la guerra' en las Cortes

La Audiencia Nacional ha archivado la querella contra once miembros de la plataforma Cultura contra la Guerra a los que denunció el 28 de marzo de 2003 la entonces presidenta de las Cortes, Marcela Miró, del PP, por gritar "no a la guerra" durante un pleno del Parlamento autonómico, en referencia al conflicto de Irak. El auto del Juzgado Central de Instrucción número seis de Madrid da por cerrado un episodio que llevó ante los tribunales a once personas del mundo de la cultura bajo la acusación de atentado contra una alta institución del Estado.

Según consta en el auto, notificado ayer y con fecha del 24 de septiembre, el juez Juan del Olmo decreta "el sobreseimiento provisional de las actuaciones".

En la exposición de hechos que recoge el documento consta que el procedimiento se incoó tras la denuncia del fiscal, entonces Eduardo Fungairiño, después de recibir la comunicación de los hechos por parte de Marcela Miró. El fiscal entendió en su día que existían indicios para suponer una infracción penal, lo que obligó a que los once acusados declararan ante el juez. Ahora, tras recibir esas declaraciones, el ministerio fiscal, en un escrito con fecha del pasado día 22, estimó: "A la vista de lo manifestado y teniendo en cuenta los informes policiales, y de otra naturaleza, aportados al procedimiento, procede decretar el sobreseimiento provisional y consiguiente archivo de lo actuado".

Libertad de expresión

Los once integrantes de la plataforma valenciana Cultura Contra la Guerra que pasaron por los tribunales son Toni Pérez Canet, Isabel Requena, Mónica Ibáñez, Isabel Carmona, María Luisa Martínez Pasos, Lauro Miso Mingot, Josep-Vicent Marqués, Antoni Tordera, Pere Ricart, Vicent Tamarit y Consol Gómez, todos ellos defendidos por el letrado Manuel Mata. Ocho declararon en Valencia, uno en los juzgados de Paterna, otro en los de Llíria y otro en los de Moncada. En todas los testimonios se esgrimió la misma argumentación: "Dijimos no a la guerra cuando lo estaban haciendo algunos de los diputados que estaban en el pleno de las Cortes y nos parece un ejercicio de libertad de expresión", explicó Isabel Requena, presidenta de la Associació d'Actors i Actrius del País Valencià.

Según los once que fueron implicados, la denuncia de Marcela Miró formaba parte de un "espantoso capítulo de persecución sobre algo que estaba en la calle, que gritaron los ciudadanos en numerosas ocasiones de forma masiva en todas partes".

El 28 de marzo de 2003 Marcela Miró suspendió la sesión plenaria de las Cortes después de que en varias ocasiones se interrumpiera en el uso de la palabra a varios diputados de la oposición justo cuando en su discurso se referían a la guerra de Irak de forma directa o indirecta y en el aforo se empezara a corear "no a la guerra".

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