Un pacto de acreedores salva a Eurodisney de la quiebra

Tras casi un año de negociaciones, Eurodisney ha logrado un pacto con sus acreedores para aplazar el pago de la deuda pendiente, que alcanza la cifra de 2.400 millones de euros. La empresa se salva así del riesgo teórico de quiebra, si bien reconoce que la reestructuración de la deuda sigue sometida a un aumento de capital de 250 millones de euros, que ha de llevarse a cabo antes del 31 de marzo de 2005.

El acuerdo implica que los dos parques de ocio de las cercanías de París continuarán funcionando y podrán financiar nuevas atracciones, con las que aumentar el gancho entre el público del archiconocido ratón Mickey o de la Space Mountain. La cotización de Eurodisney, que fue suspendida el martes en la Bolsa de París, subió ayer un 3,13% y cerró a 0,33 euros.

El aplazamiento de los pagos lleva la contrapartida de elevar en dos puntos el tipo de interés aplicable a 450 millones de euros de la deuda principal a largo plazo, y de adelantar en dos años el último de los reembolsos previstos (la nueva fecha es 2012) para una parte de la deuda principal. El fondo de inversión norteamericano Black Diamond, que tiene una parte de la deuda de Eurodisney a largo plazo, había reclamado una mayor remuneración como condición para firmar el pacto.

Por su parte, la compañía norteamericana The Walt Disney Company, dueña del 31% de Eurodisney, ha consentido el aplazamiento de los reembolsos por el uso de su marca y ha concedido una nueva línea de crédito a su filial de hasta 150 millones de euros.

Estos pactos se suman a los que Eurodisney obtuvo hace meses de sus tres principales bancos acreedores, que son la Caisse des Dépôts et Consignations, BNP Paribas y Crédit Agricole. Aunque la primera de estas entidades es pública y las otras dos son privadas, todos los bancos franceses habían apostado por sostener la empresa de ocio. El ministro de Turismo, Léon Bertrand, estima que Eurodisney representa cada año 10 millones de visitantes extranjeros para su país, donde sigue siendo el primero de los destinos turísticos.

Eurodisney comunicó hace un año que no tenía recursos suficientes para honrar el pago de la deuda. Si la quiebra se hubiera materializado, la economía de la región parisiense habría sufrido un enorme impacto, comenzando por los 12.000 empleos directos que dependen del funcionamiento de este centro de ocio situado a 32 kilómetros de la capital francesa.