Totti, aspirante a galáctico, deja huella

Las ironías son crueles con los equipos de rumbo tormentoso. Así fue que un 'galáctico' abrió hueco y otro galáctico dejó su sello genial. El del primer gol del Roma, como el del segundo, fue un caso de galáctico come a galáctico. Un caso de Totti, viejo aspirante al panteón de Florentino Pérez, contra Beckham, el más universal de las estrellas madridistas. En el primer gol del Roma, Totti caminó por el ancho valle que Beckham le abre a todos sus pares. Apuntó, y, libre de marca, metió un pase que remató De Rossi. En el segundo, otra vez, centrales y medios centros del Madrid cayeron en un sueño pesado. Beckham abrió su valle y de nuevo, el melenudo media punta romano dio un pase filtrado para Cassano. Éste voló por el estrecho que dejaron Samuel y Helguera, se abrió paso sin ser molestado y definió la obra maestra de Totti.

Francesco Totti visitó el Bernabéu con la sana intención de agradar a Florentino Pérez, que lo admira como jugador y, sobre todo, como llave del mercado italiano. Totti es un galáctico en potencia. En el verano pasado estuvo con un pie en el Madrid y todo se rompió por una cuestión política: los hinchas romanistas presionaron al club para que no lo vendiera. Pero su futuro no está cerrado. Termina contrato con el Roma en 2006 y dentro de unos meses pueden volver a producirse flirteos trasalpinos.

Con estos antecedentes en mente, Totti hizo una primera parte formidable. Y propició la apertura de la cuenta del Roma cuando nadie se lo esperaba, en el minuto 3. En un momento delicado, cuando el Madrid estaba demasiado frío. Nada más comenzar el partido y con un ejecutor que llegó al área de Casillas sin ser advertido para recibir el pase y marcar: el joven De Rossi. Hijo de un ex jugador de la Serie C, actual entrenador del segundo equipo del Roma, el joven De Rossi, campeón europeo, clase 1983. Nació en Ostia, la playa de Roma, y se maneja en el medio centro con la soltura de los hombres nacidos para los grandes espacios.