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Miguel Viribay desentraña las señas de identidad de Jaén en una muestra de pintura en el Museo Provincial

Ginés Donaire

Después de un largo tiempo de silencio pictórico, Miguel Viribay (Úbeda, Jaén, 1939), uno de los grandes paisajistas de la pintura andaluza, se ha reencontrado con su tierra y sus señas de identidad. Hasta el 31 de octubre puede visitarse en el Museo Provincial de Jaén la exposición Miguel Viribay, 50 años de pintura, un recorrido por las diferentes etapas creativas de este pintor, catedrático, académico y crítico de arte que ha elegido la catedral jiennense como eje central de la muestra.

La exposición con la que Viribay homenajea al Jaén que le ha servido de permanente mirada e inspiración artística está patrocinada por la Consejería de Cultura y Caja de Granada. En la treintena de obras expuestas, que muestran la evolución del pintor desde sus inicios a la actualidad, predominan los paisajes urbanos de su Jaén, pero con la catedral como argumento en el que desembocan la mayoría de sus lienzos.

El comisario de la exposición y director del Museo Provincial de Jaén, José Luis Chicharro, asegura que "Viribay materializa en estos temas catedralicios su universo creativo, que va desfilando poco a poco por cada una de las piezas, pero que vistas en su totalidad se comprende el carácter global del mismo". En la misma línea, Pedro Galera, catedrático de Arte, señala que Viribay "ha sabido mirar con intensidad y profundidad durante toda su vida este tema indisoluble de la ciudad", al tiempo que resalta el "juego de los volúmenes y formas arquitectónicas" en las obras del pintor jiennense.

Hijo de un comandante republicano encarcelado en Jaén, Viribay ingresó en la Escuela Superior de Bellas Artes de San Carlos de Valencia en 1959, pero ha sido en Jaén donde ha desarrollado su producción artística más fecunda. Uno de los que mejor han estudiado su obra, el poeta Juan Manuel Molina Damián, indica que en su etapa inicial, Viribay se identifica con el surrealismo y el informalismo iconoclasta. Después ha pasado por el materialismo figurativo, el fovismo expresionista, el socialrealismo existencial, el naturalismo barroco o el simbolismo dialéctico para desembocar en el impresionismo materialista y realismo visionario.

El compromiso de Viribay con su tierra y su inconformismo permanente le llevó a promover en la década de los años sesenta el Grupo Jaén, que reivindicó aires nuevos para una renovación plástica y del que formaron parte, entre otros, los escritores Fanny Rubio, Manuel Urbano o Luis Ponce de León.

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