García Remón, conforme

Apresurado, quizá por la urgencia del vuelo (Bilbao cierra el aeropuerto a las 23 horas), apesadumbrado por su primera derrota y confuso en sus explicaciones Mariano García Remón lidió su segunda conferencia de prensa como entrenador del Real Madrid con un tono conservador. Nada de problemas, explicaciones las justas y, sobre todo, mirar hacia adelante.

Las primeras disquisiciones tenían que referirse a la ausencia de Roberto Carlos y a la mala noche de su sustituto, Raúl Bravo, intermediario negativo en los dos primeros goles del Athletic, y de David Beckham, inexistente en el partido. Nada que objetar según el técnico: "No me arrepiento de la deecisión que tomé al dejar a Roberto Carlos en el banquillo porque había pasado una semana muy difícil y prefería que descansara para afrontar el partido contra el Roma", afirmó García Remón.

Era su primera decisión importante y el experimento salió torcido. Raúl Bravo, más lento de lo habitual, hizo de malo en los dos primeros goles del Athletic, llegando tarde a los centros de Del Horno y facilitando los remates de los delanteros rojiblancos, Urzaiz y Ezquerro, respectivamente. García Remón defendió a Raúl Bravo y prefirió eludir respuestas comprometidas cuando se le requirió su opinión sobre la actuación del lateral izquierdo. Nada que objetar a su actuación, nada que reprocharle. Tampoco a Beckham, cuya actuación sólo tuvo notoriedad en el momento de su sustitución. Según García Ramón "Beckham tuvo un gran desgaste en el partido frente a Osasuna y me di cuenta de que tenía que cambiarle y le cambié. Por lo demás no tengo nada que objetar a su juego", dijo con aplomo evitando cualquier disquisición sobre las prestaciones del centrocampistas inglés, demasiado ausente del partido, falto de ritmo y carente de garra.

García Remón estaba tan "conforme con el juego del Madrid" que ni siquiera aceptó que el Athletic fue superior en la primera parte de forma manifiesta. "El Athletic no nos ha pasado por encima en ningún momento" señaló, a preguntas concretas de los periodistas, aunque reconoció que "nos han superado en los balones lagos a Urzaiz en los que ellos han sabido aprovechar la segunda jugada para encarar la portería". Es decir, el predominio inglés, cuando el Athletic lo que sí hizo fue intensificar la presión y poner un ritmo endiablado al partido desde el primer al último minuto. Algo de eso debía pensar en su interior García Remón cuando afirmó que "no hemos podido adelantar las líneas defensiva y por eso nos quedábamos muy lejos del área. En la segunda parte hemos intentado hacerlo pero hemos fallado en el último pase".

Ernesto Valverde, el técnico del Athletic era la otra cara de la moneda. Habitualmente vivaracho y tranquilo, ayer le rezumaba la alegría por la primera victoria rojiblanca de la temporada. Tanto, que se permitió abundar en elogios al juego de Orbaiz "que ha hecho el mejor partido desde que yo le conozco", afirmó, aunque luego prolongó los elogios al resto del equipo. Orbaiz, desconocedor de tales elogios, no perdía la compostura en la sala de prensa, mientras Del Horno, habitual killer del Madrid celebraba su centros (dos que sirvieron los dos goles) como si hubiera batido a Casillas. "Creo que hemos hecho un gran partido, pero ya lo habíamos avisado ante el Valencia y el Deportivo, aunque sin suerte".

En el Athletic se celebraba doblemente la victoria. Por un lado, por sumar el primer triunfo de la temporada, en segundo lugar como inyección de fe ante el decisivo partido del jueves ante el Trabzonspor en la Copa de la UEFA. "El jueves tenemos un partido tan importante o más que éste contra el Madrid" recalcaba Ernesto Valverde.

Valverde y García Remón, en plena emoción o pesadumbre, tenían claros sus discursos. "Ha sido un premio tardío a nuestros merecimiento", dijo Valverde. "El Athletic ha sabido utilizar mejor sus armas que nosotros las nuestras", dijo García Remón, con prisas, confuso, un tanto extrañado.