Cuesta abajo

Los mercados de valores mantuvieron ayer la orientación negativa al no producirse cambio alguno en los elementos que intervienen en la formación de opiniones. El mercado del petróleo fue ayer objeto de numerosos bandazos ante la posibilidad de que Estados Unidos dispusiera de sus reservas estratégicas, pero a última hora de la tarde el precio seguía cerca de los niveles máximos, con lo que la preocupación de los inversores no varió en absoluto.

La situación geopolítica tampoco ofrece puntos de apoyo sólidos a unos inversores que cada día que pasa encuentran menos argumentos para mantener sus carteras.

Para colmo de males, la publicación de los índices adelantados del mes de agosto en Estados Unidos bajó el 0,3%, una décima más que los pronósticos de los analistas, y es la tercera bajada mensual consecutiva, poniendo así una duda más sobre la coherencia de la reciente decisión de la Reserva Federal de subir los tipos de interés. Tampoco el dato de las peticiones semanales de subsidio de desempleo, con 350.000 nuevas solicitudes frente a unas expectativas de 337.000, apunta hacia una mejora del mercado laboral, un factor básico para la recuperación económica.

Wall Street abrió a la baja e impuso esa dirección a los mercados europeos, que ya durante toda la mañana estaban sufriendo las consecuencias del retroceso de aquel mercado el día anterior.

El Ibex 35 cedió el 0,38% y vuelve a perder el nivel psicológico de los 8.000 puntos que muchos inversores consideran una referencia, mientras que el índice general de la Bolsa de Madrid cerraba en 846,28 tras bajar el 0,35%.

La Bolsa de París terminó perdiendo el 1,06% y la de Francfort el 0,93%, al tiempo que la Bolsa de Londres cerró con un recorte del 0,52%.

El mercado estadounidense llegó a perder el 0,77% en los primeros compases de esta sesión, lo que suponía llevar al Dow Jones de valores industriales a sólo 31 puntos del nivel de los 10.000 que, en este caso, tienen un importante valor psicológico y no sólo para los inversores de Estados Unidos.