Decálogos para ricos y pobres
"Erradicar la pobreza de los países pobres es como un tándem que necesita dos personas para funcionar: por un lado se necesita a los países pobres, y por otro, a los ricos". Así empezó ayer la intervención del catedrático de Economía Aplicada de ESADE, Luis de Sebastián, en una sesión sobre el rol del Banco Mundial dentro del diálogo Contribuyendo a la agenda global del Fórum. De Sebastián detalló de forma muy didáctica y clara los decálogos que, según él, deberían seguir cada uno de estos dos grupos de países para contrarrestar los efectos negativos de la globalización.
A los países del llamado primer mundo, el economista les pide, entre otros, que perdonen la deuda de los países del Sur y que aumenten el componente de donación en la ayuda oficial al desarrollo. "El 90% de esta ayuda se materializa en créditos, y ello hace que estos países se acaben endeudando", señaló. La apertura de los mercados a los productos agrícolas y textiles de los países en vías de desarrollo y la refundación tanto del Banco Mundial como de los cuatro bancos regionales de desarrollo que existen son otros dos puntos destacados del decálogo de De Sebastián. "Erradicar la pobreza es el objetivo del Banco Mundial, pero le falta el instrumento: un fondo mundial contra la pobreza".
Las prioridades de los países pobres deberían pasar, a juicio del catedrático, por fortalecer sus gobiernos, incrementar el gasto en educación y salud preventiva, adoptar un régimen de tipos de cambio fijos, favorecer la inversión extranjera y reglamentar, junto con los países de destino, la inmigración.
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