150 personas increpan al hombre que tiroteó a un policía en Sueca
Felicísimo Maidé, presunto homicida del policía local Tomás Catalán, al que tiroteó el sábado, ingresó pasadas las once de la noche de ayer en la cárcel de Picassent tras prestar declaración en Sueca ante el juez, que decidió su confinamiento en prisión, comunicada pero sin fianza, por los presuntos delitos de homicidio, homicidio en grado de tentativa, amenazas y atentado contra agentes de la autoridad.
Maidé entró a las 19.30 en los juzgados conducido por agentes de la Guardia Civil, con un semblante notablemente ausente y entre los insultos de más de 150 personas que le increparon con gritos de "asesino" durante el minuto escaso que medió entre su llegada a la placeta del Convent y la entrada al edificio. La bronca pudo haber sido mayor puesto que otro centenar de ciudadanos optó por retirarse ante el retraso.
El detenido por la muerte del agente ingresó anoche en Picassent
Tras acabar la declaración uno de los manifestantes se saltó el cordón policial y fue detenido, pero fue soltado media hora después ante los gritos de protesta de la gente allí congregada.
Enrique Sanchis, abogado de la acusación particular ejercida por el Ayuntamiento de Sueca, llegaba a los juzgados a las 16.00. Una hora más tarde lo hacía Francesc Xavier Iborra, el letrado que por turno de oficio le ha sido asignado a Maidé. Iborra declinó hacer ningún tipo de declaración. Sanchis, en cambio, aseveró que el Ayuntamiento de Sueca le ha encomendado velar para que el detenido reciba "el máximo castigo contemplado" en la legislación. En el mismo sentido se expresaba horas antes el alcalde, Salvador Gil. "Teniendo en cuenta que ha sido asesinado un policía local, el encargo concreto que tiene el abogado es velar por los intereses del municipio de Sueca y de la familia del trabajador de este Ayuntamiento".
El inculpado se atrincheró durante unas once horas en su domicilio de la calle de Alfons el Magnànim de Sueca después de disparar su escopeta sobre el policía local Tomás Catalán y herir a un agente de la Guardia Civil en la tarde del sábado. Maidé fue atendido en julio en el área de urgencias del hospital de La Ribera por un estado de ansiedad. Se le recetó medicación y se le remitió al médico de cabecera. Una supuesta falta de atención por parte del sistema sanitario y el despecho de su esposa, que pretendía separarse, son las razones alegadas por Maidé como origen de su violenta reacción.
Maidé había acudido al centro de salud de Sueca dos veces, pero no presentó síntomas que hicieran pensar que padecía algún tipo de trastorno mental, ni reclamó asistencia por un problema psicológico, por lo que ni fue atendido por un psiquiatra ni estaba en lista de espera para acudir a una consulta. En una de las ocasiones se encontraba muy nervioso, por lo que se le practicó un electrocardiograma y se le recetaron tranquilizantes, según fuentes conocedoras de este caso, pero no dio muestras de tener ningún tipo de alteración.
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