El Villarreal se derrumba por alto

El Villarreal del chileno Manuel Pellegrini tiene un problema gordo, una tara que acaba echando por tierra sus aseadas actuaciones. Cuando estaba a punto de salir del Sardinero con los tres puntos en el zurrón, cuando ya acariciaba su primera victoria del curso, Juanma se coló entre los centrales amarillos para conectar un cabezazo y atrapar un punto para su equipo. Era el minuto 92. Un punto que debió saber a gloria en Santander atendiendo a los escasos méritos del cuadro de Alcaraz.

Al Villarreal puede caerle esta temporada un torrente de goles si no remedia con prontitud su negligencia defensiva. Por alto cayó ante el Valencia en la primera jornada, cuando Marchena y Baraja sacaron tajada de las concesiones de los centrales castellonenses. Y por alto perdió ayer dos puntos en Santander cuando el choque parecía sentenciado.

El Villarreal pudo ahorrarse el disgusto si el uruguayo Diego Forlán hubiera marcado alguna de las excelentes ocasiones de que dispuso. Dos en el primer acto y otra en el segundo. Pero Forlán, el más incisivo, no tuvo su día. Tampoco lo tuvo ante la Real Sociedad la pasada jornada, cuando malgastó todas sus balas. El hombre crea, está en el sitio adecuado, pero de poco le sirve: sigue reñido con el gol.

Así que el Villarreal tuvo que recurrir a la contundencia del brasileño Anderson, que ayer celebró su 34 cumpleaños con un tanto que se antojó decisivo. Pasan los años y el delantero brasileño sigue su idilio interminable con el gol. Finalmente no fue suficiente porque el Villarreal tiene un problema gordo. Muy gordo.