ATIME condena los disturbios en Elche y exige aclarar los hechos

La Asociación de Trabajadores Inmigrantes Marroquíes de España (ATIME) condenó ayer los disturbios ocurridos el pasado jueves contra centros de producción del calzado dirigidos por empresarios chinos en Elche y exigió la "máxima celeridad" para "esclarecer los pormenores del brutal ataque". De esta manera, ATIME se manifestó sobre los hechos ocurridos en la manifestación de cerca de medio millar de personas que desembocó en el incendio de dos almacenes de calzado chino en el polígono ilicitano del Carrús y en el lanzamiento de piedras contra las citadas naves industriales.

En un comunicado, ATIME calificó lo ocurrido de "ataque xenófobo y vergonzoso" contra los intereses chinos en Elche y, por ello, transmitió a la comunidad de ese país asiático su "solidaridad y apoyo". La asociación considera "obligatorio" que la autoridad judicial investigue los sucesos para determinar penalmente "todas" las responsabilidades, "tanto de los participantes directos en el ataque como a los instigadores". ATIME manifestó su "decepción" por la reacción de las autoridades gubernativas ante los hechos y argumentó que estos responsables rozaron "la indiferencia" porque "no acertaron a calibrar las consecuencias de la convocatoria".

Según la asociación de inmigrantes marroquíes, "la supuesta competencia desleal esgrimida por los convocantes como motivo de la manifestación no justifica en absoluto ni el vandalismo de algunos ni tampoco la tibia reacción de la mayoría de los responsables institucionales de la región". Por ello, emplaza a estas autoridades locales y regionales a que asuman con "más rigor" sus responsabilidades en la defensa de la convivencia pacífica de la zona. ATIME pidió a la comunidad china que siga apostando por "la serenidad y el sosiego para superar con éxito esta difícil situación".

Marcha por la legalización

Decenas de personas -200 según la Policía Local y 500 según la Asociación de Inmigrantes Ecuatorianos y Latinoamericanos Rumiñahui- se manifestaron ayer en Valencia para pedir una nueva Ley de Extranjería "que respete los derechos fundamentales de todos los inmigrantes que residen actualmente en España", según indicó el presidente de Rumiñahui, Edgar Constante. A lo largo de la marcha, que partió de la Plaza de Toros y terminó en la Delegación de Gobierno, se corearon lemas como "Aquí no hay extranjeros, aquí no hay ilegales, somos seres humanos, somos todos iguales" o "Papeles para todos".

La asociación también repartió unos folletos donde se solicitan "procedimientos especiales de regularización para los que ya residen en este país y no tienen papeles" y piden "una regularización sin condiciones", además de los respectivos permisos de trabajo y de residencia renovables y una política "progresista" de reagrupamiento familiar.