Una innovación cultural

La cultura suele hacer referencia a dos conceptos diferentes. Uno es social y determina identidades, valores y formas de comportamiento, y el otro se refiere a productos culturales específicos.

El Fórum abarcó ambos aspectos: el primero en los ejes temáticos que lo sustentaban y el segundo en las exposiciones y espectáculos culturales de la ciudad y del recinto.

La organización de actividades culturales suele estar a cargo de un nuevo tipo de profesionales, los gestores de la cultura. A veces son los mismos que las producen, pero no siempre es así. Hay muchos tipos de gestión cultural, pero hay dos de especial relevancia: el de vitrina y el que busca la innovación. Ambos pueden ser de calidad, pero sus objetivos son diferentes. El primero persigue tener un éxito asegurado con productos que se sabe que gustarán. El segundo explora nuevos espacios y límites a la creación, al mismo tiempo que intenta ser más crítico. Para conseguirlo debe arriesgar los resultados y, en este sentido, debe ser una apuesta, no una certeza.

Toda gestión cultural suele enfrentar un grave peligro: instalarse en el modelo vitrina como una forma de mantener el estatus conseguido y no arriesgar. A veces, esto sucede cuando la gestión es hecha o supervisada por políticos. De su mano, se tiende a consensuar lo "políticamente correcto" y el resultado suele ser conservador. La enorme capacidad de innovación ha sido uno de los atractivos del modelo cultural barcelonés. Muchos creen que hoy se ha perdido este impulso y que recuperarlo es crucial. Un buen aporte en esta dirección sería hacer un balance riguroso de las creaciones del Fórum. Sería una contribución importante para el futuro cultural de la ciudad.