Gràcia, versión actualizada
El alternativo barrio de Barcelona se llena de propuestas chic
Era un lugar en el que los punkis y okupas paseaban a sus perros y las flautas sonaban en las plazas. Todo el mundo pedía calimocho y alquileres populares. Ocupaban casas y las convertían en ateneos libertarios. Era un barrio de verdad, con viejos que contaban historias, calles que cambiaban tres veces de nombre y jóvenes con un proyecto genial en la cabeza. Allí donde el paseo de Gràcia, con sus tiendas Chanel, sus restaurantes caros y sus edificios de Gaudí, pierde el nombre, empieza Gràcia, más que un barrio, un estado mental.
Pero algunas cosas están cambiando. Hoy ya es posible comprar pantalones Diesel o zapatos de Juan Antonio López. La dieta del falafel puede combinarse con propuestas ultramodernas. A diferencia de lo ocurrido, por ejemplo, en el Born, en Gràcia convive la recién llegada modernidad con el viejo concepto de barrio de cruce.
En la esquina con Diagonal hay una iglesia en la que se puede entrar para rezar por los pecados que se van a cometer con la tarjeta de crédito una vez enfilada Riera de Sant Miquel rumbo al corazón de Gràcia. Esta pequeña y encantadora calle siempre ha tenido un potencial enorme para la modernidad, pero por alguna extraña razón, hasta hace poco, lo más destacable era una tienda de outlets y un encantador bar regentado por subsaharianos. Hoy se compran aquí marcas como Fred Perry, Comme des Garçons y otras lindezas en la estupenda Guerrilla Store (en el número 34), local habitual también de performances de modernidad salvaje. Más tranquilo es el concepto de Andrea Morros (en el 11), una tienda bellísima con ropa de señora. Mimóticamicola (en el 26) luce estilo pop: bolsos con impresiones y camisetas de colores primarios. En la puerta de al lado, complementos y ropa interior exclusiva en la encantadora Lulamae. Si se sigue subiendo, se llega a la calle de Vic, donde Fotonauta (en el número 15) ofrece interesantes muestras de fotografía. Instantáneas de Brigitte Bardot hasta el 30 de septiembre. En los jardines frente al cine Casablanca y al lado de Martin's, un mítico club gay, se levanta majestuoso Fernández (932 38 48 46), una creación de los responsables de Dry Martini, una coctelería clásica que descubrió las bondades de la restauración. Bonito diseño, cocina creativa y cuidada, y ese punto de profesionalidad que tanto se echa de menos en los restaurantes con vocación de modernidad. Cruzando Gran de Gràcia en dirección este llegamos al corazón del barrio. Érase Una Vez (Goya, 7) es una de las tiendas pioneras de la nueva Gràcia. Espacio diáfano que ofrece ropa de Juan Pedro López, Zazo & Brull o Silvia Jordà.
Lo que tiene tanto comprar es que le deja a uno agotado. Cerca, muy cerca, un espacio íntimo. Es el restaurante On Li Iu (Sant Pere Mártir, 43. 934 15 72 14), y se especializa en cenas románticas. A escasos metros se encuentra la plaza de Rius i Taulet, lugar de acogida para adolescentes con poco dinero que gastar y pocas ganas de volver a casa. Aquí, L'Illa de Gràcia (Sant Doménech, 19; 932 38 02 29) logra convertir el vegetarianismo integrista en una experiencia evocadora. El naturalismo al uso en estos locales se sustituye por hierro, negro y blanco. Menos radical en su propuesta culinaria es Miria (Rius i Taulet, 11; 932 18 51 98), otro de los que llevan tiempo ofreciendo cocina moderna. Poco pensaban sus dueños, cuando sólo había tapas de chistorra a la vista, que en el local de al lado unos argentinos abrirían una tienda llamada Pura Vida. Se trata de un proyecto independiente nacido en 1998 con la intención de "provocar el diálogo entre el diseño argentino contemporáneo y el exterior".
En el norte ya no hace frío
La barrera metafísica del barrio es la Travessera de Gràcia, que lo recorre de este a oeste. Al norte de la Travessera se encuentra Verdi, una vía que nunca se acaba. Conocida por los cines Verdi, santuario barcelonés de la versión original, arranca con fuerza a pie de la plaza de la Revolució. Verdi 3 (en el número 3, claro) entronca con la línea de diseño joven, colorido, con un punto naïf y en espacios pequeños y agradables que determina la tendencia del barrio. Suite (en el 5) va un poco más allá y cede seis espacios a seis nuevos diseñadores. Freya (en el 37) se abandona a ese tipo de complementos que viajan entre lo gracioso y lo directamente hortera. Tiene el escaparate más naranja del mundo. Todo lo contrario que Redmarket (en el 20), una tienda multimarca con Lambretta en la puerta, flyers, creaciones de Gola, Adidas, Nike o Divinas Palabras. Es como una tienda del Born, pero con todos los artículos un euro más baratos. Literalmente. Un poco más arriba, Paranoia-Raquel Santoyo (en el 29) hace tan poco que ha abierto que no tienen tarjetas ni casi letreros. Ropa de mujer (ser hombre y vestirse en Gràcia es casi imposible). Y ya está bien de tiendas, le dice él a ella, mientras la chica insiste en ir a ver La Roulotte (Torrent de l'Olla, 117).
Tras el desparrame de luz, color y evocaciones inocentes, tapas de diseño a precios algo altos en D.O. (Verdi, 36). También se puede retroceder y llegar a La Bagnoire (Verdi, 4), una tetería-cafetería diminuta. De lo mejor. Sentados en una mesa: Big Sur (Verdi, 64; 934 15 92 17), copas finas y modernez texmex; o el clásico Mesopotamia (Verdi, 65; 932 37 15 63), restaurante árabe precioso. Volviendo peligrosamente sobre nuestros pasos y acercándonos más de lo recomendable a la plaza del Sol, encontramos tres espacios de tremendo atractivo. Primero, una tetería. No, es un chill out. Perdón, un café. ¿Se llama? No tiene nombre. Preguntamos dentro. No nos lo dicen. En fin, imaginen que un amigo tiene un piso en Marraquech y baja el salón de su casa a la calle para que todos puedan disfrutar de él. Búsquenlo. Más fácil de hallar es Fígaro (Ros de Olano, 4. 932 37 43 53), una deliciosa espaguetería y bar de copas. Enfrente, Shojiro (934 15 65 48) ofrece un estupendo menú de cocina japonesa y mediterránea por poco más de 30 euros. Y después de cenar, una caña entre perros y flautas en la plaza del Sol. No es lo mismo, pero resulta igual de divertido.
GUÍA PRÁCTICA
Dormir
- Confort
(932 38 68 28;
www.hotel-confort.com). Travessera de Gràcia, 72. Dobles, a partir de 108 euros.
- Guillermo Tell (934 15 40 00; www.hotel-guillermotell.com). Guillermo Tell, 49. A partir de 82 euros.
- Casa Fuster (932 55 30 00). Paseo de Gràcia, 132. Dobles, a partir de 360 euros. Edificio de 1908, patrimonio de la humanidad, último proyecto del modernista Lluís Domènech i Montaner.
Información
- Turismo de Cataluña (932 38 40 00;
www.gencat.net).
- Oficina de turismo de Barcelona (807 11 72 22 y 906 30 12 82; www.barcelonaturisme.com).
- www.bcn.es.
- Distrito de Gràcia (934 02 70 00).
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.