'Copito de Nieve' reflexiona con rabia y humor sobre la vida y la muerte en el nuevo montaje de Animalario

Animalario, grupo madrileño de teatro conocido por sus trabajos provocadores, divertidos y de sólida carpintería teatral, ha centrado su último montaje, Últimas palabras de Copito de Nieve, en el popular gorila albino que durante 42 años vivió en el Zoológico de Barcelona. Este montaje, escrito por Juan Mayorga y dirigido por Andrés Lima, iniciará el próximo día 22 un nuevo ciclo dedicado a autores españoles vivos dentro de la sala pequeña del Nuevo Teatro Alcalá de Madrid.

La obra, interpretada por Pedro Casablanc, Gonzalo de Castro y Tomás Pozzi, convierte a Copito en un personaje que habla francés, inglés, lee alemán, latín, y reflexiona sobre la muerte que siente cerca.

Pero hasta entonces da un repaso a los hombres, a los que conoce profundamente, e invita a que vivan como si fueran a morir ya mismo. "En esta obra, Copito ajusta cuentas con su sociedad y desde su rabia tiene un último gesto de amor", dicen Mayorga y Lima, quienes recuerdan, en presencia de Guillermo Toledo y Alberto San Juan, miembros de Animalario, que como otras obras de ellos la distancia viene de la mano del humor: "Nuestro grupo se caracteriza por dar que pensar haciendo reír".

La obra surgió mientras Lima impartía un taller sobre la felicidad, época en la que Mayorga vio cómo Copito de Nieve, "que vivía en una jaula con un confort que para sí quisieran muchas personas", era algo más que un primate, era un icono que cuando cae enfermo terminal genera un gran movimiento de simpatía y las autoridades le aplican la eutanasia por razones humanitarias: "La utilización política fue un disparate, su final se convirtió en un gran espectáculo y como Ramón Sampedro fue alguien sin derecho a manejar su propia muerte".

Animalario es un grupo de teatro que lleva siete años dando caña con obras de muy diversa índole, siempre valientes e irónicas y representadas en espacios alternativos de Madrid. El pasado año dos acontecimientos colocaron a la compañía en primera línea de actualidad. Por un lado, su participación en el guión y en la gala de entrega de los Premios Goya de cine, acto en el que la profesión actoral se posicionó contra la participación de España en la guerra de Irak; y, por otro, su montaje Alejandro y Ana: todo lo que España no pudo ver del banquete de la boda de la hija del presidente.