Francia organiza un plan de choque contra las deslocalizaciones

El primer ministro francés, Jean-Pierre Raffarin, anunció ayer un sistema de lucha contra las deslocalizaciones industriales, que consiste en definir una veintena de zonas geográficas del país donde podrán asociarse empresas, centros de formación y unidades de investigación. A condición de que no se vayan a países con un costo menor de la mano de obra, los acogidos en esos polos serán eximidos del impuesto de sociedades y tendrán derecho a recibir ayudas públicas, incluidos los costes inmobiliarios que conlleve instalarse en ellos.

De los 750 millones de euros previstos para tres años, 450 irán con cargo a créditos del presupuesto estatal y los 300 restantes procederán de la Caja de Depósitos y Consignaciones (entidad financiera pública) y otras instituciones. El presupuesto de 2005 ya incluirá una parte de esa asignación.

Raffarin anticipó que el mismo presupuesto de 2005 contendrá otras medidas de reducción de cargas para disuadir a las empresas que pretenden marcharse de Francia y aumentar los atractivos del país para la inversión. En total, el primer ministro calcula que el conjunto del esfuerzo público contra las deslocalizaciones no bajará de 1.000 millones en 2005.

El anuncio de Raffarin sale al paso del temor de los franceses a una pérdida rápida del tejido industrial. La deslocalización es una de las principales razones alegadas por gran parte de la izquierda para llamar a votar no en el referéndum de la Constitución Europea, previsto en 2005. La adopción de ese texto implica atarse de pies y manos a una versión "liberal" de Europa, según toda esa izquierda, con el Partido Socialista profundamente dividido al respecto.