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Canales, un reencuentro con el baile sin aditivos

Margot Molina

Una puesta en escena sobria acogió la noche del viernes el espectáculo Antonio Canales y amigos en concierto, una producción preparada con prisas que se ha añadido a la Bienal de Flamenco después de la cancelación del Festival Internacional de Música que incluía la ópera al aire libre Carmen. El público jaleó y aplaudió generosamente la vuelta de Canales al baile "sin disfraces", como él mismo dijo el pasado jueves cuando presentó el espectáculo.

El coreógrafo bailaor-bailarín, además de actor y novelista, quiso volver a la esencia del baile y escogió palos como la seguiriya por martinete, tangos y, por supuesto, la soleá con la que tantos éxitos ha cosechado el artista trianero. Tras la soleá, el público ofreció el más caluroso aplauso de la noche. "Canales cuando quiere bailar, baila", decía una aficionada que lo viene siguiendo muchos años, "no sin llevarme algunos disgustos", añade.

En el enorme escenario del teatro de la Maestranza, cuyo aforo no estuvo totalmente completo, los acompañantes del bailaor se perdían a pesar de que en total sumaron 11 y en el fin de fiesta estaban todos. Las voces de Potito y Guadiana, que interpretaron una bulería a dúo, se sumaron a la de Herminia Borja. A la guitarra estuvieron Daniel Méndez y Paco Iglesias. Además, el bailaor contó con un coro de voces gitanas y subió al escenario a tres jóvenes de las Tres Mil, hijas de sus amigos, a las que se les notaban los nervios.

El bailaor Juan de Juan, que apereció junto a Canales hace cuatro años, el coreógrafo y bailaor Mario Maya y hasta Lorenzo Serra Ferrer, el entrenador del Betis, se encontraban la noche del jueves entre el público.

Luc Heurtaux y su esposa han venido desde París para disfrutar de la Bienal de Flamenco. Al igual que en las dos ediciones anteriores, el matrimonio francés ha elegido ocho espectáculos para no perderle la pista a sus artistas favoritos. "Es la tercera vez que vemos a Canales y ha estado bien, pero disfrutamos mucho más hace cuatro años, cuando estaba con él Juan de Juan", comenta Luc.

El bailaor, quien en principio no iba a actuar en esta edición de la Bienal y tuvo ciertas desavenencias con la dirección del festival, apostó por la sobriedad en la puesta en escena y el vestuario: negro salvo los toques de color de las corbatas.

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Después de su celebrada soleá, Canales, que nunca se dirige al público, rompió su habitual silencio para decir: "Esta noche se la quiero dedicar a mi hermana Rocío".

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Sobre la firma

Margot Molina
Ha desarrollado su carrera en El PAÍS, la mayor parte en la redacción de Andalucía a la que llegó en 1988. Especializada en Cultura, se ha ocupado también de Educación, Sociedad, Viajes y Gastronomía. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid. Ha publicado, entre otras, la guía de viajes 'Sevilla de cerca' de Lonely Planet.

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