"En la Bienal el baile flamenco de verdad se ve muy poco", afirma Angelita Vargas

Lleva 15 años bautizando japonesas. Se llama Angelita Vargas y no es una misionera que intente comerle terreno al budismo, sino una de las mejores representantes del baile flamenco más puro. Angelita Vargas, sevillana de 53 años, se ganó al público en 1966 cuando era una niña que bailaba y cantaba descalza en un tablao del barrio de Santa Cruz junto a su hermano Isidro.

Desde entonces no ha parado de actuar en escenarios de todo el mundo y de enseñar lo que sabe o lo que sus alumnos pueden aprender. Cada año, desde 1989, pasa un mes entero dando clases de flamenco en Japón y algunas de sus alumnas son ya reputadas bailaoras en ese país. Angelita Vargas forma parte del cartel de lujo que podrá verse esta noche en el teatro Lope de Vega de Sevilla, dentro de la Bienal de Flamenco. El espectáculo, Festival, reúne a los cantaores Chocolate, Bernarda de Utrera, Miguel Funi y Tomás de Perrate, en un intento de evocar los festivales de verano que tanto han hecho por difundir el flamenco.

"Emi, Mayuko, Rosa y Luisa tienen su público en Japón y están muy reconocidas", afirma

Angelita, después de una clase el pasado viernes a la que asisten alumnas japonesas y españolas. La bailaora, todavía sudorosa y con la toalla en la mano, explica que las que acaba de citar son todas niponas 100%, sólo que ella las bautiza con nombres españoles y sus alumnas los usan como nombres artísticos.

"Yo se los pongo porque para mí son todas casi iguales y así, sí las puedo llamar de una forma comprensible, no me confundo. Además, ellas están contentísimas", explica la bailaora que esta noche, para el fin de fiesta, saldrá al escenario con tres de sus nietos: José Ángel Porreta y María, de 11 años, y Dieguito, de 8 años.

Mayuko, una de sus alumnas más antiguas que empezó el primer año que Angelita dio clases en Japón, acaba de llegar al estudio directamente desde Japón y atraviesa el umbral maleta en mano. Varios besos y abrazos más tarde, la maestra explica que Mayuko ha volado tantas horas para verla bailar esta noche y para tomar clases durante una semana.

"La verdad es que en la Bienal el baile flamenco de verdad se ve muy poco, ahora se salen un poco del tiesto. A mí me parece bien que cada uno haga lo que le guste, pero el baile puro no debe de perderse", argumenta la bailaora, poseedora, entre otros, del Premio de Bulería Pastora Imperio del Concurso Nacional de Córdoba.

"Nadie nace sabiendo, pero algunos gitanos nacemos con pellizco. A mí me da miedo y vergüenza decirlo, pero creo que lo tengo que hacer: en el baile gitano puro, canastero, no hay nada más que una y esa es Angelita Vargas", sentencia la artista, con la misma rotundidad con la que taconea.