Luís Nunes de Almeida, presidente del Tribunal Constitucional portugués

El presidente del Tribunal Constitucional portugués, Luís Nunes de Almeida, falleció en la madrugada de ayer en el Monasterio de Piedra (Zaragoza), donde se encontraba hospedado, víctima de un ataque al corazón. En Portugal, las reacciones a su desaparición fueron unánimes: políticos de todas las áreas, abogados y juristas destacaron la brillantez y la inteligencia de un hombre que, pese a ser muy discreto, era uno de los más importantes y prestigiados juristas y magistrados portugueses.

Luís Nunes de Almeida había pasado el domingo visitando distintos parajes de Calatayud con su esposa. Tenía previsto seguir viaje hasta Aix-la-Chapelle (Francia), para proferir una conferencia sobre derecho constitucional. El cuerpo fue transportado ayer desde Zaragoza para Lisboa por un avión de la Fuerza Aérea portuguesa.

La vida de Luís Nunes de Almeida, de 58 años, se confunde con la historia de la Constitución lusa en democracia y del Tribunal Constitucional (TC) que presidía desde abril de 2003. En los 20 años anteriores, había sido juez consejero del mismo órgano y, en los últimos 14, su vicepresidente. Aún antes, después de la revolución de los claveles que en 1974 acabó con la dictadura, había trabajado en la elaboración de la primera Constitución portuguesa en democracia y en la fundación del propio TC.

Varias personalidades no dudaron ayer en considerarlo uno de los padres de la Constitución de la República y del Tribunal Constitucional y el gran arquitecto de la primera gran revisión del texto en 1982.

"Era un hombre muy respetable; el que más sabía sobre jurisprudencia constitucional, que sabía ponderar y ver exactamente los intereses en juego", afirmó Narana Coissoró, líder del Partido Popular portugués. "Contribuyó con su intervención para el enriquecimiento, la credibilidad y el enorme prestigio del Tribunal Constitucional. Su muerte representa, sin duda, un empobrecimiento de la democracia", consideró ayer el Partido Ecologista Os Verdes, situado en la extrema izquierda, en un comunicado. Todas las fuerzas políticas portuguesas coincidieron en considerar a Luís Nunes de Almeida como una de las personas que más contribuyó a la fundación y la consolidación del Estado de derecho democrático portugués.

En paralelo a su trabajo como constitucionalista, Luís Nunes fue, además, diputado del Partido Socialista, gestor de algunas empresas lusas y profesor universitario. Era también uno de los más destacados miembros de la masonería portuguesa y se perfilaba como el sucesor del gran maestro del Gran Oriente Lusitano, la mayor obediencia masónica en Portugal.-