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EL INICIO DEL CURSO ESCOLAR 2004-2005

Sanchinarro, Montecarmelo y Las Tablas carecen de colegios públicos

En los nuevos barrios viven ya unas 4.500 familias sin una sola guardería de la Comunidad

A menos de dos semanas para el comienzo del curso escolar, no hay ni un solo centro público de enseñanza construido en los nuevos desarrollos del norte de la capital (Montecarmelo, Las Tablas y Sanchinarro) a pesar de que ya viven allí unas 4.500 familias, más de 12.000 personas. Los escolares estarán obligados a desplazarse a otros barrios, al menos hasta que se construyan los seis colegios y seis escuelas infantiles públicos que la Consejería de Educación tiene previsto edificar a partir del año que viene. Éstos no entrarán en funcionamiento, aproximadamente, hasta 2007.

En total, los PAU (Programa de Actuación Urbanística) de Montecarmelo, Las Tablas y Sanchinarro tendrán más de 34.000 viviendas con capacidad para más de 100.000 habitantes. Hasta el 1 de septiembre, la Gerencia Municipal de Urbanismo ha entregado unas 4.500 licencias de primera ocupación -que permiten habitar las viviendas- en los tres PAU (2.800 en Sanchinarro, 1.169 en Las Tablas y 334 en Montecarmelo), por lo que ya hay más de 12.000 personas viviendo allí.

Para cubrir la creciente demanda de servicios en estas zonas, los planes parciales de estos nuevos barrios prevén la construcción de dos colegios públicos y otras dos escuelas infantiles en cada PAU, así como dos concertados y una escuela infantil privada -con posibilidad de establecer conciertos- por cada barrio. Estas infraestructuras, según el consejero de Educación, Luis Peral, "cubrirán las necesidades educativas" de la zona. Sin embargo todavía no han comenzado ni las obras en todos ellos.

Después de tener que esperar durante años hasta poder mudarse -según el Plan General de Ordenación Urbana de 1997 estos PAU tendrían que estar desarrollados ya en 2001- los vecinos que estrenan estos nuevos barrios (la mayoría parejas jóvenes con niños pequeños) temen ahora que aún llevará años disfrutar de un colegio en su barrio.

Beatriz Lobón, la gerente de Urbanismo, ya advirtió el pasado verano que "son los inconvenientes de ser los primeros habitantes. Los equipamientos van poco a poco". La función de Urbanismo es garantizar que se reserve el terreno necesario para cubrir la demanda de colegios, centros de salud y otros equipamientos, pero su construcción depende de las administraciones concretas de cada área, explicó Lobón. "Ninguna administración construirá colegios, centros de salud o equipamientos deportivos antes de tiempo. Sólo se aprobarán en los presupuestos cuando exista demanda suficiente, y eso sólo ocurrirá a medida que los vecinos se empadronen", afirmó.

Empadronados en otro barrio

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Es precisamente este el principal problema que surge en estos PAU: muchos nuevos vecinos admiten que no se empadronan en su nuevo distrito para no perder los servicios que, de esta manera, siguen disfrutando en su antiguo barrio. Sin embargo, por otro lado, si no se empadronan, no hay datos que puedan avalar esta creciente demanda ante las administraciones públicas, y por tanto, las cifras no reflejan la necesidad de actuar con urgencia.

Según Lobón, Urbanismo calcula que los nuevos barrios estarán terminados hacia 2007. En esa fecha, según la Consejería de Educación, también estarán en funcionamiento los colegios. Los nuevos centros públicos están previsto incluirlos en los presupuestos del año próximo y, según la previsión del consejero de Educación, que se empiecen a construir ese mismo año. A partir del inicio de las obras, "el plazo de ejecución es de entre 12 y 16 meses", explicó.

Pero Peral volvió a insistir ayer en la necesidad de combinar la inversión pública -"buscar sistemas de financiación a largo plazo de los nuevos centros"- con la privada, es decir, colegios concertados (privados sostenidos con fondos de la Comunidad) para atender la demanda educativa en la región . "No se pueden cargar a los presupuestos todos estos gastos", afirmó. "Para abordar de forma realista el problema de las infraestructuras educativas en los nuevos barrios es necesario dejar paso a la iniciativa social", añadió.

En Sanchinarro, Las Tablas y Montecarmelo ya hay parcelas preparadas para empezar la construcción a partir de algún momento del año próximo, según los cálculos del consejero, de dos colegios públicos de educación de primaria y una escuela infantil por cada barrio. Pero también están preparadas otras tantas parcelas para los seis colegios concertados y las tres escuelas infantiles privadas. Para la licitación de los centros concertados, explicó el consejero, aún falta la firma de un convenio de colaboración entre Comunidad y Ayuntamiento.

Peral, además, reclamó a la oposición que no "haga demagogia" con la necesidad de la inversión privada, ya que con las infraestructuras educativas "hay que ser tan realistas como se fue con la creación del Consorcio de Transportes". En este organismo, en el que hay inversión privada, "todos los grupos políticos se pusieron de acuerdo por el bien de un servicio fundamental para los madrileños", explicó.

"¿Qué hago con mi hijo?"

Con el curso a punto de comenzar, y sin un sólo colegio construido, todos los padres de los niños que ya viven en los nuevos barrios de Sanchinarro, Las Tablas y Montecarmelo se hacen la misma pregunta: "¿Qué hago con mi hijo?"

Blanca Oliva, de 30 años, sufre esta situación desde que hace seis meses se mudó al PAU de Las Tablas, en el distrito de Fuencarral-El Pardo. Su hijo va a cumplir un año y el único centro público de educación infantil del distrito -con más de 210.000 habitantes- ya tiene todas sus plazas ocupadas para este curso.

Así se lo comunicaron en la Junta de Distrito, "pero lo que más me indignó", afirma, "es que no fueron capaces de decirme cuándo estarán listos los colegios que están planeados que se construyan en Las Tablas". La única alternativa sería matricular al pequeño en la única guardería del nuevo barrio que, como asegura un vecino, "al ser los únicos en la zona, te cobran lo que quieren".

Blanca sufre las consecuencias de lo que Beatriz Lobón, la gerente de Urbanismo, califica como los "inconvenientes de ser los primeros" vecinos de los nuevos barrios. "Hace poco que me he reincorporado al trabajo", dice Blanca, "y por el momento estoy dejando a mi hijo al cuidado de familiares", situación que, dice, no se puede alargar indefinidamente, "y menos hasta que estén construidos los colegios", que según la Consejería de Educación, podrían estar listos a partir de 2007.

Blanca denuncia que las administraciones públicas "no habrán construido todavía ni un sólo colegio, pero sí han previsto que vendrán niños a vivir al PAU", como, según ella, atestigua la cantidad de parques infantiles con toboganes y columpios repartidos por todo el desarrollo.

En el cercano barrio de Sanchinarro los problemas son los mismos: "Nos ponen una gran superficie comercial, incluso antes de que vayamos a vivir aquí", dice Charo, vecina del nuevo barrio, "pero no tenemos ni colegios, ni centros de salud ni nada". "Para mí lo más urgente es el colegio", explica. Durante este curso sus dos hijos seguirán matriculados en un colegio en el cercano municipio de Alcobendas, "pero dependemos del coche para llevarlos por la mañana y recogerlos después".

Otra vecina tiene una hija pequeña y el mismo problema que Blanca: no tiene dónde matricularla. "Empezará el curso en nuestro antiguo distrito, [ya que no se han empadronado en el nuevo]", pero teme que "si está contenta y tiene su grupito de amigas, a mí me costará cambiarla" cuando esté listo el nuevo colegio.

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