Jurowski aboga por incluir en los programas obras poco interpretadas
El director ruso debuta en la Quincena con la Filarmónica de Londres
El joven Vladimir Jurowski, uno de las batutas en alza del momento, elige siempre que puede obras poco conocidas o poco interpretadas. "Es más interesante para el público, para mí mismo y, sobre todo, para las orquestas. Se trata de presentar programas novedosos que atraigan la atención" del auditorio, afirmó ayer en San Sebastián, horas antes de dirigir a la Filarmónica de Londres en la Quincena.
Nacido en Moscú en 1972, el director Vladimir Jurowski es abierto y ecléctico cuando tiene en sus manos la labor de confeccionar un programa musical. Siempre que puede apuesta por piezas poco habituales. "A veces parece que Chaikovsky o Beethoven sólo han escrito dos o tres sinfonías", comenta. Pero, además, en una misma actuación, le gusta interpretar piezas de compositores de diferentes épocas, porque considera "un gran error" separar los estilos clásico, romántico y contemporáneo. "No existen parones entre estos estilos; fueron evolucionando de uno a otro de manera continua", subraya.
Eso sí, Jurowski huye de hacer "sandwich", es decir, de coger "unas cuantas piezas que no tienen nada que ver entre ellas y colocarlas" en su programa. Siempre trata de que haya "una conexión entre la música o entre los autores", apunta el director unas horas antes de subir al escenario del auditorio Kursaal de San Sebastián. Allí, a cuatro días del final de la 65ª edición de la Quincena Musical, se puso al frente de la Orquesta Sinfónica de Londres, de la que es el principal director invitado. En el programa, música de tres compositores: Sibelius (1865-1957); Szimanovsky (1882-1937), con Thomas Zehetmair al violín, y Chaikovsky (1840-1893).
La variedad llenará también esta tarde (20.00) el Kursaal. El concierto arrancará con las Matinées musicales, op. 24 de Benjamin Britten (1913-1976). El compositor británico escribió en 1936 esta obra, una suite para orquesta que posee elementos de parodia basados en óperas del italiano Gioacchino Rossini (1792-1868).
La cantante Ewa Podles
Con Rossini precisamente continuará la actuación de la Filarmónica de Londres, una agrupación fundada en 1932 y dirigida desde el año 2000 por Kurt Masur, que interpretará Giovanna d' Arco, con la mezzosoprano Ewa Podles como protagonista. La cantante polaca, considerada como una de las primeras contraltos mundiales, tuvo que cancelar el año pasado su visita a la Quincena por un accidente de tráfico que le mantuvo alejada de los escenarios durante un tiempo. Ahora se resarce poniendo voz a "una pieza bonita a la vez que dramática", destaca al presentar del concierto. Concluirá éste con una de las obras más populares del compositor ruso Sergey Prokofiev: su Sinfonía número 5.
Vladimir Jurowski, que en los últimos tiempos se ha puesto también al frente de las Filarmónicas de Munich, Oslo, Los Ángeles y Rotterdam o de la Orquesta Nacional de Francia, forma parte de la lista de los tres directores rusos que han visitado este año la Quincena Musical donostiarra. ¿Están saliendo grandes batutas de su país? Es "una coincidencia" haber compartido festival con sus compatriotas Valery Gergiev y Semyon Bychkov, de quienes dista una veintena de años, dice el joven director, para añadir que "entre ambas generaciones ha surgido gente muy interesante".
Admite, no obstante, que a partir de la caída del muro de Berlín y del comunismo se inició "una apertura en países como Polonia, Checoslovaquia o Hungría", de los que están saliendo directores, músicos y compositores "muy interesantes", "savia nueva para la cultura europea y del mundo en general"
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