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ETA atenta de nuevo con artefactos de escasa potencia en Santiago y A Coruña

Fuentes antiterroristas creen que tres etarras fichados colocaron las nueve bombas de este mes

ETA volvió a hacerse notar ayer con dos artefactos más en Santiago de Compostela y A Coruña que no causaron ni heridos ni apenas desperfectos. La bomba de la capital gallega explotó a mediodía, la hora señalada por el terrorista que avisó 45 minutos antes. La de A Coruña tardó más de tres horas en ser localizada y fue desactivada y trasladada a Madrid para su análisis. Fuentes de la lucha antiterrorista sostienen que estos artefactos, al igual que los otros siete colocados este mes en las costas del norte, fueron colocados por tres etarras fichados que siguen la ruta jacobea.

Interior cree que los terroristas viajan juntos y se alojan en cámpings o pensiones

Tras recibirse en una asociación de ayuda en carretera de Guipúzcoa y en el diario Gara sendas llamadas que avisaban de las dos bombas en las ciudades gallegas, a la hora indicada, las doce del mediodía, estalló en el parque de la Alameda de Santiago un artefacto de escasa potencia oculto entre la hiedra, que apenas realizó un boquete de un metro cuadrado en el muro que cierra la capilla de Santa Susana, una iglesia de los siglos XVII y XVIII que conserva partes de la original levantada en el XII.

En cambio, la bomba de A Coruña (que el comunicante que dijo hablar en nombre de ETA situó entre el Museo Arqueológico y el hotel Finisterre) tardó tres horas en ser localizada en una escollera del paseo marítimo frente al club deportivo La Solana, anejo al establecimiento hotelero, ambos desalojados por precaución. El artefacto pudo ser desactivado a las 15.35 horas sin explosionarlo. Pese a que quedó intacto, anoche el Ministerio del Interior no había ofrecido datos de su composición.

Con las de ayer son ya nueve los artefactos colocados por la banda terrorista este mes en el norte de España. Sólo la del 12 de agosto en Gijón causó un herido. Del análisis de los datos recogidos en estos atentados, fuentes de la lucha antiterrorista consideran que se puede deducir que los autores son tres miembros de ETA fichados por la Policía, que siguen la ruta jacobea y se alojan juntos en cámpings o pensiones. De hecho, las mismas fuentes aseguran que ya esperaban un artefacto en Santiago la semana pasada. Al menos en dos casos los avisos de bomba se hicieron desde un mismo teléfono.

Otras fuentes policiales citadas por Vasco Press añaden que las bombas de Galicia (las de ayer y las del fin de semana anterior en las localidades pontevedresas de Baiona y Sanxenxo) habían sido colocadas menos de 24 horas antes de su explosión, quizá la noche anterior.

El delegado del Gobierno en Galicia, Manuel Ameijeiras, rechazó la posibilidad de que ETA tenga infraestructura en Galicia, donde la banda ha actuado en 11 ocasiones, si bien la Alameda de Santiago ya había sido escenario de dos atentados en 1986.

Pese a las afirmaciones de la Delegación del Gobierno en Galicia sobre la vuelta a la normalidad absoluta de las dos localidades a primeras horas de la tarde, el miedo restó clientes durante todo el día a tiendas y bares cercanos a la Alameda de Santiago, una zona muy frecuentada por los turistas y más en este año jacobeo. Así, Alberto Tesouro, propietario de un café en la calle de Os Bautizados se quejaba de la falta de clientela pese a que a la una de la tarde se levantó el cordón policial. "Notamos el bajón, no hay apenas gente, a pesar de los corrillos de curiosos de la mañana".

Al alemán Becker la explosión lo sorprendió en el interior de la catedral. "Pensé en un disparo, fue un ruido sordo, para nada expansivo". María del Carmen Rubianes y Charo Abalo paseaban por la zona monumental con su familia y dos niños saharauis que tienen acogidos en sus casas de Caldas de Reis cuando fueron informadas por otros turistas de la amenaza. "Sentimos pánico, pensamos que nos moríamos; era todo muy confuso y además estaba la preocupación de los chavales que tenemos con nosotras".

Como después de cada atentado de ETA, se produjeron las condenas por parte de todos los partidos democráticos y las instituciones. El Ministerio del Interior llamó a los ciudadanos a la calma y pidió confianza en las fuerzas de seguridad; el Gobierno vasco afirmó que ETA busca provocar "incertidumbre, miedo y terror", pero sólo va a conseguir "consolidar el rechazo y el desprecio que causa en todos los ciudadanos" y el presidente gallego, Manuel Fraga, se refirió a la "campaña insensata" de ETA que revela que "no mejora en intenciones" aunque "tiene menos medios".

Junto a Fraga se encontraba en Ribadumia (Pontevedra) el líder de su partido, Mariano Rajoy, quien reiteró el "apoyo incondicional" del PP al Gobierno en la lucha contra el terrorismo.

Asimismo la Ejecutiva del PSOE condenó los atentados y ratificó "la necesidad de fortalecer" el Pacto Antiterrorista para lograr la "unidad de las fuerzas democráticas". El portavoz del Bloque Nacionalista Galego, Anxo Quintana, subrayó por su parte la necesidad de no permitir que los criminales "ganen protagonismo" en la sociedad.

Agentes de policía toman muestras en el lugar donde explotó el artefacto de Santiago de Compostela.
Agentes de policía toman muestras en el lugar donde explotó el artefacto de Santiago de Compostela.EFE

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