Ayala: "Bielsa no exprime, pincha"
Argentina y Paraguay, los dos únicos equipos suramericanos en los Juegos y los que más ansiaban las medallas, se juegan hoy el oro
La final olímpica de fútbol es toda una constatación. El partido enfrentará hoy a Paraguay y Argentina, los dos únicos equipos de Sudamérica que se clasificaron para los Juegos, y, probablemente, los que más ganas tenían de colgarse una medalla al cuello en un deporte que da síntomas de perversión después de décadas de inflación económica. Los equipos que se convocaron en Grecia para representar a potencias tradicionales, como Italia o Portugal, no mostraron tanto entusiasmo por un torneo que no parece ofrecer la clase de prestigio que los jugadores europeos buscan.
La selección de Paraguay bailó y cantó en el autobús que la llevó al hotel después de pasar a la final. No era para menos: los jugadores se acababan de asegurar la primera medalla olímpica en la historia de su país. Los gritos desaforados, en guaraní, no eran menos emotivos que las palabras de Fabián Ayala, el capitán argentino, hace unos días. "No sé por qué hay reticencias a competir en los Juegos", dijo el central del Valencia. "Yo compito con las mismas ganas y el mismo deseo de siempre. Hay un prestigio y este torneo ocupa un lugar importante. Por otra parte, es el entrenador
La selección de Paraguay bailó y cantó en el autobús que la llevó al hotel tras alcanzar la final
"Argentina está pasando por un relevo generacional y por un cambio de estilo"
el que saca más de lo que el jugador tiene. No exprime, pero te sabe pinchar. Es muy llegador Concede pocos minutos a las charlas, es directo, simplifica, y no te quita muchas energías pidiéndote cosas que no sepas hacer".
Al parecer, el seleccionador argentino, Marcelo Bielsa, sabe inflamar en sus jugadores un potente espíritu competitivo sin entrar en discursos abiertamente nacionalistas. El hombre se limita a transmitir valores relacionados con el juego que destapan el entusiasmo en los futbolistas. La tarea no debe ser fácil para el técnico más importante de un país cuyos hinchas sienten que tienen que ganar todos los campeonatos que dispute su selección.
Tanta pasión concentrada impide reparar claramente en las limitaciones cada vez más grandes que debe superar el equipo. La crisis económica ha coincidido con una pérdida de calidad en el torneo local, en el que cada vez se detectan menos jóvenes con proyección. Más dificultades aún tuvo Bielsa desde el Mundial de Corea y Japón, un torneo del que Argentina fue eliminada en la primera ronda sin que muchos pudieran explicar el fracaso en la escasa contribución de los jugadores. . "En Argentina", comenta Ayala, "la relación entre el equipo y la gente ha sido difícil desde el Mundial. Todo el mundo se pregunta: '¿Volverá esta selección a conquistar a la gente?".
La generación que se estrelló en Japón contenía nombres como los de Piojo López, Gustavo López, Batistuta, Caniggia, Simeone, Verón, Crespo y Almeyda. Futbolistas cada vez más irrelevantes en sus clubes que prácticamente han desaparecido del primer nivel europeo en los últimos años. La derrota en el Mundial obligó al seleccionador a reconstruir un equipo nuevo y, por lo visto este verano, los resultados han cristalizado antes de lo esperado. La Copa América de Perú, donde Argentina perdió la final con Brasil en el último minuto, en julio pasado, sorprendió al público y a muchos jugadores. Jóvenes como Mascherano, D'Alessandro, Tévez, Mauro Rosales o Luis González parecen haber alcanzado un grado notable de madurez. Con su presencia han cambiado el juego. Argentina no defiende y ataca con la misma velocidad que hace unos años. Ya no se ven esas espectaculares maniobras de presión, ni esos centros llovidos a discreción.
"Este plantel está pasando por un cambio generacional", dice Ayala, "y por un cambio de estilo. El equipo está jugando de otra manera, más por el piso. Ya no se ven tantos balones largos; seguramente porque han cambiado los jugadores. Sin el Piojo López, sin Zanetti... el carácter del equipo ha cambiado. De alguna manera eso contradice la idea de que esta selección es un equipo mecanizado de acuerdo a Bielsa. Él sólo te exige intensidad. Pero eso no es nuevo. Te dice: 'Hagan lo que ustedes saben hacer. ¡Lo que yo les pido me lo enseñaron ustedes! ¡Son ustedes los que me han enseñado a ver el fútbol!".
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