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El Fórum de Maruja | HUMOR
Columna
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Parejas como pajareras

Hay parejas de hecho, parejas de desecho, parejas perfectas, parejas de cera y parejas ¡de España! Entre las de hecho, George W. Bush y su vicepresidente, Dick Cheney, se llevaban la palma hasta ahora, en que el segundo parece disentir del primero en lo de las bodas gay porque tiene (seguro) una hija lesbiana, aunque probablemente tan de derechas como su padre (la opción sexual no garantiza nada, como Calígula ya sabía) y puede que (me arriesgo) hasta un par de amigos en la Halliburton que están preparando su ajuar, en espera de que les den luz verde. Hasta puede que le hayan prometido una comisión al vicepresi.

Una pareja perfecta es la formada por Harrison Ford y Calixta Flockhart, en la que ella muestra el gran amor que le profesa subiéndose completamente sobria al avión de 16 plazas que él pilota, sin ayuda de los guionistas de Hollywood (él) y sin trasegar un par de Jack Daniels (ella). Llegados a este punto quiero salir en defensa de Montserrat Tura, la consellera de Interior del Govern catalán: es cierto que hay turismo de borrachera, y no sólo en Lloret (aunque no sólo hay eso, por suerte); como buena bebedora que soy me molesta la gente que se emborracha con mal talante y peor alcohol.

En cuanto a parejas de desecho, además de las que se encuentran en la mente de todos, toma relieve cada vez más la formada por Silvio Berlusconi y el coronel Gaddafi

Incidentalmente, debo confesar que la historia de las grúas y las compañías de seguros no me ha afectado mucho. Aparte de tener que soportar tremendas palizas en los medios audiovisuales, acerca de lo que tengo que hacer con el coche que nunca poseí, pues siempre preferí beber a conducir, como bien saben mis amigos y algunos bármanes de ésta y otras ciudades. Pero qué peñazo de paro: son mucho peores las empresas que los obreros, y muy en especial cuando pertenecen al gremio Intocable de los automóviles.

Sigo con las parejas, éstas pluscuamperfectas y aparentemente abstemias: los Becker-Adams, cuya versión de cera en el londinense Museo de Madame Thussaud resulta bastante más cálida que los originales. En cuanto a parejas de desecho, además de las que se encuentran en la mente de todos (hagan algo: una trepanación, hipnosis), y que yo no debo citar para que no me demanden, toma relieve cada vez más la formada por Silvio Berlusconi y el coronel Gaddafi; el primero, sin trazas del trasplante de pelo que dijo haberse hecho (aunque no especificó dónde y, al llevar pañuelo en testa, quizá supusimos mal cuál era el área afectada); y el segundo, con las trazas de siempre. Lo que hace más meritorio, sin duda, el amore amore amore que el presidente italiano le profesa ahora, con permiso de Washington, un anticipo del cual ya en otro momento corrió a confesarle el ex presidente Aznar. La verdad es que Gaddafi empieza a darme pena, pues está pagando caro, a base de galanes visitantes, su Pasado Terrorista. El mandatario libio ha accedido a abrir en su país unos Guantánamos, o campos de concentración para inmigrantes africanos, con objeto de impedir que alcancen las costas del país en forma de bota que el Cavaliere se ha calzado hasta la dentadura.

Y llegamos a las parejas ¡de España! Forman una endogamia que no se la salta un gamo con gamuza. Sobre este asunto reflexionaba yo mientras analizaba en profundidad la entrevista que Eugenia Martínez de Irujo (Mujer Traicionada) ha concedido para quejarse de que Carla Goyanes le haya birlado el ex marido, Fran Rivera, quien a su vez es hijo de Paquirri, quien fue amado en su día, además de por la finada C. O., por Lolita González Flores, amigas íntimas entre sí, y las dos a la vez de los Goyanes. Las ceremonias de apareamiento se celebran, así, en un ambiente de aristocracia, toros, ocio hispano, caza y sedal. Doña Eugenia confiesa, oh cielos, haberse "llevado un gran palo" al enterarse de la relación, ya que la madre de la ladrona fue la confidente íntima de los "detalles escabrosos" de su separación. Es el círculo de tiza de la pareja racial, el Infierno de Dante sin Sustancia.

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