"He salido a mi padre, delgadita y patilarga"
En Atenas buscará su tercera final olímpica y será la gimnasta más veterana en la modalidad de rítmica. Con 24 años, Almudena Cid (Vitoria, 1980) intentará hacer de su madurez su mayor ventaja: "Se nota en la forma de interpretar los ejercicios y en que, además, ya conozco el ambiente".
Pregunta. ¿Piensa en Atenas y qué ve?
Respuesta. Alegría. Es la fiesta del deporte.
P. ¿Se liga mucho en la Villa Olímpica?
R. No lo sé porque no lo he probado.
P. ¿De dónde viene su afición a la gimnasia?
R. De pequeña. Empecé con siete años y me gustó.
P. Acabó novena en Atlanta 96 y Sidney 2000. ¿Se puede mejorar?
R. Espero mejorarlo, aunque no me obsesiona. Mi objetivo es llegar a la final de las diez mejores.
P. ¿Medalla?
R. Bastante imposible. Seguirá la dinámica de todo el año, con las rusas y las ucranianas en el podio.
P. ¿Alguna manía antes de las pruebas?
R. Entro al tapiz siempre con el pie derecho y coloco el aparato de la misma manera. Pero creo que tiene más que ver con la concentración que con supersticiones.
P. ¿Cree en la suerte?
R. Llevo una figura de Nike [la diosa de la victoria] y una piedra que me regalaron y que sólo he tocado yo. Mi madre y la gente que me quiere ponen siempre una vela cuando compito.
P. ¿Qué cualidad valoran los demás en usted?
R. La constancia y la capacidad de sacrificio.
P. ¿Se pasa en su deporte tanta hambre como parece?
R. No. Como de todo.
P. Pero medir 1,68 metros y no llegar a 50 kilos...
R. Soy de constitución delgada y me entreno ocho horas diarias. He salido a mi padre, que es delgadito y patilargo.
P. ¿El momento que recuerda con más cariño?
R. Ahora. Después de las competiciones, vienen a felicitarme otros gimnastas y eso lo valoro mucho.
P. ¿Qué le produce pesadillas?
R. Nada, aunque se me altera el sueño cuando estoy nerviosa.
P. ¿Y cómo se relaja?
R. Respirando y pensando en cosas bonitas.
P. ¿Su juguete favorito?
R. El Gusiluz. ¡Está viejo, pero aún funciona!
P. ¿Cómo se distrae en Atenas?
R. Leyendo La joven de las naranjas, de Jostein Gaarder; escuchando música movidita... Aparte del diario que estoy escribiendo desde hace dos meses.
P. Si no fuera gimnasta, sería...
R. Cualquier cosa relacionada con el baile o el espectáculo.
P. De los futbolistas se habla todo el año. De ustedes, unos días. ¿Envidia?
R. Me hace valorar más este momento, la atención que recibimos.
P. ¿A quién echará de menos en Atenas?
R. A mis padres, aunque me verán mejor por la tele.
P. ¿Y a su novio?
R. No tengo.
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