Triste adiós de Rollán, suplente y expulsado
Atenas
El adiós no será con medalla. Toda la carrera de Jesús Rollán estuvo adornada con laureles. El portero fue una de las piezas fundamentales del equipo de oro del waterpolo español que fue subcampeón en los Juegos de Barcelona 92 y campeón en los de Atlanta 96 y en los Mundiales de Perth 97 y Fukuoka 2001. Pero, en su quinta participación olímpica, el gran guardameta madrileño apenas pudo ayudar a sus compañeros en la piscina. Unos problemas físicos y la buena actuación de Andreo le relegaron al banquillo y ayer tuvo que contemplar la derrota de su equipo frente a Serbia a larga distancia porque fue expulsado. Dos decisiones arbitrales controvertidas, cuando el marcador era de empate a cinco, acabaron con las opciones españolas de superar los cuartos de final y ahora deberá enfrentarse el domingo a Alemania por la quinta plaza.
ESPAÑA 5 - SERBIA 7
España: Andreo; Pedrerol, Molina (1), Hernández (1) Ballart, Goméz (1) e Iván Pérez. También: Dani Moro (1), Sánchez-Toril, Iván Moro (1), Marcos y Javier García.
Serbia y Montenegro: Sefic; Nikic, Savic (2), Ikodinovic (2), Sapic (3), Ciric y Vujasinovic. También: Trbojevic, Udovicic, Gojkovic y Jokic.
Árbitros: Chaney y Tulga. Expulsaron a Rollán.
Centro Acuático: 5.000 espectadores.
4º CUARTO
3º CUARTO
2º CUARTO
1º CUARTO
2-3 0-2 2-0 1-2
A los 36 años, Rollán sólo pudo saltar a la piscina en el último periodo del último partido de la fase de clasificación, ante Egipto, cuando ya estaba todo decidido. "Fue un premio que me concedió el seleccionador, Joan Jané, porque la verdad es que no estoy para jugar", reconoce el portero internacional. Incluso en aquellos pocos minutos que estuvo bajo los palos sufrió un pinchazo en los abductores, una lesión crónica. "Lo aguanté", relata Rollán, "y creo que acabé dignamente". Las lesiones han sido su cruz en la última parte de su carrera. Ha sido operado dos veces de las rodillas, sufrió hernias discales en la espalda y persisten sus problemas de abductores. Un calvario.
"Desde 1994 mi cuerpo empezó a decir basta", explica Rollán, "y en los dos últimos años ya lo he pasado muy mal. Mi objetivo era participar en los Juegos por quinta vez. Pero ha sido duro estar permanentemente en el banquillo porque siempre había sido titular". Y acaba: "Es el final. Ha concluido una etapa muy importante de mi vida. No puedo más". Rollán se va. El portero sigue los pasos de los que fueron sus compañeros, Manel Estiarte, Pedro García, Chiqui Sans, y algunos otros que se despidieron ayer también de los Juegos porque, por edad, difícilmente estarán en los de Pekín. Fue el final de una gran generación que salió de la piscina con los ojos nublados.
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