Gran Llaneras y magnífico Berlanas
El ciclista logra la plata, el atleta madrileño consigue un gran quinto puesto en 3.000 obstáculos y Estévez sólo es séptimo en 1.500
Luis Miguel Martín Berlanas alcanzó la meta con el gesto de satisfacción de los vencedores. Con toda la razón. El atleta español tuvo una actuación sensacional en la prueba de 3.000 metros obstáculos, disputada a todo trapo, como suele ocurrir cuando los kenianos se lanzan desaforados a la victoria. Fue una carrera sin tregua con tres atletas de Kenia en el podio. Es su prueba, la única en la que se preservan del acoso de los etíopes. En realidad, los etíopes nunca han mostrado ningún interés por la especialidad. Hasta ahora. El día que se lo propongan el 3.000 obstáculos vivirá las mismas batallas que el 5.000 y el 10.000. Berlanas, que fue quinto después de perseguir a los africanos en solitario durante toda la prueba, suele decir que no hay keniano, sino kenianos con nombres y apellidos. Y con tribus. Unos son kikuyu, otros masai, otros kisii. Todos son kenianos, pero no siempre se llevan bien. Ganó Ezequiel Kemboi. Le siguieron Brimin Kiprutu y Paul Kipsiele Koech. Se enfundaron en una gran bandera de su país y recorrieron la pista entre ovaciones. Casi tan satisfecho como ellos estaba Berlanas, un atleta admirable, con una vocación tremenda por una prueba que de alguna manera le rechaza. Sus tendones son débiles y sufren el daño de los saltos. Pero él continúa entre los mejores. Cruzó la meta y levantó los puños. Se sentía ganador. Con razón.
En el estadio, poco después, El Gerruj completó su maravilloso palmarés con un título olímpico, lo que le faltaba. El marroquí se sobrepuso en los últimos metros al ataque del keniano Lagat, no se rindió y reaccionó de forma estupenda. Reyes Estévez sólo pudo ser séptimo. En longitud, Yago Lamela se clasificó con dificultades para la final. Saltó 8,06. No envió un mensaje optimista. No se fía de su pierna de batida. Joan Lino Martínez, el atleta de origen cubano que se acaba de nacionalizar español, estuvo impecable y preciso. Necesitaba un salto de 8,10 metros para clasificarse directamente. Lo logró en el primer intento.
La selección de balonmano salió derrotada en su enfrentamiento con Alemania, un duelo drámático, de una intensidad pocas veces vista, con dos prórrogas que no desbarataron el empate. Finalmente los alemanes se impusieron en la tanda de lanzamientos de penaltis. En cambio hubo excelente noticias en ciclismo. Joan Llaneras, un clásico, se ha convertido en una garantía de medalla. Logró una en Sidney. En Atenas consiguió plata.
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