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RADIOGRAFÍA DE LAS DOS PLAZAS ESPAÑOLAS DEL NORTE DE ÁFRICA

El temor al desarme arancelario de 2010

La llegada de 2010 traerá consecuencias importantes para la economía de Ceuta y Melilla. A partir de ese año se producirá el desarme arancelario entre la Unión Europea y Marruecos, lo que significará que este país podrá introducir sus productos en la UE con las mismas condiciones que el resto de países miembros. Es decir, que el Tratado de Libre Comercio que introducirá ese desarme arancelario equivaldría prácticamente, en el ámbito aduanero, a su adhesión a la UE.

Las consecuencias que este hecho tendrá para la economía de Melilla no son desdeñables, aunque tampoco provocarán una hecatombe. Una reciente encuesta entre 500 de los 3.500 comercios que existen en Melilla daba como resultado que el 18% de los compradores son marroquíes. Se trata de una cifra importante, pero que no determina en nigún caso la supervivencia del sector. Aún así, ya se trabaja sobre las diferentes alternativas a los efectos negativos que se puedan producir. Una de ellas es la potenciación de Melilla como lugar en el que se presten servicios relacionados con las nuevas tecnologías y la informática. "Por ejemplo, estamos manteniendo contactos con empresas de telemárketing para favorecer que se instalen aquí. También podríamos ofrecer servicios relacionados con la instalación de redes informáticas, con su servicio de mantenimiento y post-venta. Esto requiere cualificación, y ahí tenemos ventaja respecto a Marruecos", señala José María López, viceconsejero de Economía y presidente de Promesa, una sociedad pública creada para potenciar el desarrollo económico de Melilla. Otra de las alternativas es el turismo. "Con la mejora de las conexiones aéreas y marítimas entre Melilla y la Península y la potenciación de paquetes turísticos pasaremos de los 40.000 turistas anuales de ahora a unos 200.000 en tres años. Además, tenemos un proyecto de creación de un nuevo paseo marítimo en la zona norte de Melilla, en la que ofertaremos nuevas zonas de servicio. Todo ello permitirá la creación de puestos de trabajo", dice el presidente de la ciudad autónoma de Melilla, Juan José Imbroda.

Lo que no va a variar en Melilla es su condición de Puerto Franco, que permite la entrada de mercancías en su territorio sin estar sujetos a aranceles. Esto, unido a las ventajas fiscales como la bonificación en el 50% del Impuesto sobre Sociedades, garantizan su tranquilidad.

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