La Patrulla Verde hizo 110 denuncias al día en 2003
El ruido es uno de los principales objetivos
La Unidad de Protección del Medio Ambiente de la Policía Municipal de la capital tuvo un año 2003 lleno de trabajo. Eso se deduce al menos de los datos de su memoria, que arroja que los 89 policías que componen esta sección impusieron una media de 112 denuncias al día por infracciones en materia medioambiental o de circulación, lo que supone una ligera reducción con respecto al año 2002. La retirada de los contenedores de obras en la vía pública y los problemas de ruido generados por las industrias y los comercios fueron dos de sus principales caballos de batalla.
Un suboficial, dos sargentos, cinco cabos y 81 agentes forman la Unidad de Protección del Medio Ambiente, que tiene la sede en un antiguo caserón de la Casa de Campo. Su principal labor es la protección de la naturaleza en un concepto muy amplio que incluye la fauna, la flora, el agua, la atmósfera y la lucha contra el ruido, entre otros aspectos. Para ello, cuentan con 26 motos todoterreno; nueve vehículos radiopatrulla, también todoterreno; 12 sonómetros, y otros sofisticados equipos de medición.
Durante 2003, los agentes de esta unidad impusieron 15.603 denuncias sólo por incumplimiento de la ordenanza medioambiental, lo que arroja un balance de 42 denuncias al día. "Estamos contentos porque el balance global es que se han impuesto menos sanciones. La gente parece que se va concienciando de que debe respetar la naturaleza y que no puede, por ejemplo, abandonar un animal en medio de un parque", comenta el suboficial Montero.
La mayor incidencia de denuncias se ha registrado en el capítulo de limpieza de la vía pública. El no retirar los contenedores de obras en el plazo fijado ha supuesto que los agentes municipales hayan extendido 8.391 denuncias. "Los contenedores afean muchísimo la calle y puede resultar muy molesto para el ciudadano. Las denuncias suelen ir a las empresas que no los retiran en un plazo de 24 horas, cuando tiene obligación de ello", explica Montero.
Reparto de publicidad
Le siguen en este apartado el reparto de publicidad y propaganda no autorizada (1.704), el vertido de tierras y escombros (735) y las multas a dueños de perros (350). "En el caso del reparto de folletos, la ordenanza está muy clara. Sólo se permite a los partidos políticos en campaña electoral y, con algunas excepciones, en eventos de interés público. Nunca se multa a los repartidores, sino a las empresas que los hacen", señala el mando policial.
Otro capítulo que ha dado mucho trabajo a los agentes municipales es la protección de las zonas verdes. Su uso indebido ha motivado 3.118 denuncias por causas tan diversas como jugar al fútbol en un parque o montar en bicicleta en lugares prohibidos, como las praderas. Se ha llegado incluso a denunciar a vehículos que han entrado en zonas verdes. Esto se da sobre todo en la Casa de Campo, según reconocen los policías de esta unidad. El consumo de drogas en los parques (137 multas) y la poda y la tala de árboles sin la debida autorización (199) también se incluyen en este apartado.
Pero, si hay un trabajo que suele ser el más llamativo de estos agentes, es el de recuperación de animales en medio de la calle o de ejemplares protegidos por estar en vías de extinción. Ése es el caso de algunas serpientes exóticas de América, que han sido introducidas en España, y más concretamente en Madrid, sin tener los correspondientes certificados que obliga el Control Internacional de Tráfico de Especies (Cities). En 2003, los policías de la capital han recogido de las calles serpientes coral, del maíz y alguna tarántula.Una de éstas fue hallada en pleno distrito de Centro hace unos meses, lo que causó una gran alarma. Igual ha ocurrido con algún escorpión americano negro. Durante el año pasado, la unidad vio pasar a 210 ejemplares de todo tipo: 87 reptiles, 79 aves, 27 rapaces, 16 mamíferos y un insecto (la tarántula).
Las iguanas se han convertido en un quebradero de cabeza para los policías. De hecho, durante los últimos años, algunos feriantes las regalaron como trofeo. El problema es que estos reptiles crecen muy deprisa y pueden superar el metro de longitud, lo que ya no las convierte en tan exóticas y pueden llegar a asustar a los propietarios. Hartos de cuidarlas y de alimentarlas, suelen abandonarlas en medio de un parque. "Esto es una sanción grave, que puede llevar aparejados unos 1.800 euros. Y lo que no sabe la gente es que, si nos avisa al 092, vamos a su casa y nos la llevamos sin cobrarles nada. Solemos llevarlos al zoológico o a alguna sociedad protectora", explica el suboficial Montero.
Los furtivos están también en la nómina de esta unidad. Zonas periféricas como Fuencarral-El Pardo, los descampados de Legazpi o el sur del río Manzanares son lugares frecuentados por estos infractores de la ley. Los policías, además de denunciarles, les decomisan el arma que lleven. El año pasado fueron 37 de todo tipo: 12 cañas, 10 escopetas, 9 jaulas, 5 pistolas y 1 red. "Las armas suelen ser de aire comprimido. Los que las llevan se dedican a matar pájaros como urracas o gorriones, pese a que están protegidos", confiesa el mando policial.
Pero los agentes también han cazado a más de un conductor infractor. En los 12 meses de 2003, firmaron 5.194 boletines por este concepto. "Cuando vamos de patrulla o a algún servicio, seguimos siendo policías y no podemos dejar de sancionar lo que esté mal", concluye Montero.
Lucha contra el ruido
Los problemas de contaminación por ruido que sufren los madrileños han centrado buena parte de los esfuerzos de la Unidad de Protección del Medio Ambiente de la Policía Municipal de la capital. De hecho, hasta ahora este servicio era el único que disponía de sonómetros para controlar los ruidos de las industrias y los locales.
Pero las continuas quejas de los vecinos y la falta de efectivos para atender a toda la capital han motivado que desde principios de verano, las 21 unidades integrales de distrito de la Policía Municipal (algo así como las comisarías de este cuerpo) dispongan de estos equipos. De hecho, más de 250 policías han recibido un curso de 50 horas de duración en el que han sido entrenados para hacer las mediciones y preparados en lo referente a la norma sobre ruidos. "De este modo conseguiremos que, si un vecino se queja, pueda tener una respuesta en cuestión de minutos", señala el suboficial Montero.
Todos los datos que recojan las unidades de distrito serán remitidos a la Unidad Medioambiental, que se encargará de ver los focos donde se disparan los niveles considerados como aceptables. Este estudio servirá para elaborar un mapa del ruido de la ciudad y para intentar buscar medidas correctoras. Los locales de ocio y el tráfico son los principales causantes de las protestas de los madrileños.
"La capital tiene una red formada por 26 estaciones de medición que nos van proporcionando datos al momento. Si en un determinado punto suben por encima de lo que consideramos normal, hacemos controles en esos puntos para ver las causas y atajarlas", añade Montero.
Los ciclomotores con el escape libre o con el tubo de escape trucado suelen ser los que más problemas causan: "De esta forma, el motor desahoga más rápido y pueden ir más deprisa o con dos ocupantes".
En 2003, la policía impuso 1.254 denuncias a vehículos por excesos de ruidos (en su mayoría ciclomotores). Las inspecciones con sonómetros fueron 5.396 a lo largo de todo el año. A industrias y locales se efectuaron 4.142 inspecciones, de las que 3.314 (el 80% del total) resultaron positivas, es decir, superaban los niveles permitidos en la ordenanza y las 828 restantes (el 20%) fueron negativas. Determinados domicilios de particulares también fueron controlados por los policías locales.
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