Los jueces dan la 'nota'
Un español, entre los árbitros suspendidos por un error que alteró el título del concurso individual
La gimnasia, como el patinaje artístico, es una fuente inagotable de escándalos. En dos de los deportes más significados que no dependen del metro ni del cronómetro, la valoración de los jueces ronda demasiadas veces entre el error y la trampa. La Federación Internacional de Gimnasia (FIG) ha reconocido una equivocación en la puntuación conseguida en las paralelas por el surcoreano Yang Tae Sung durante la penúltima rotación de la final del concurso múltiple masculino del miércoles. Ha suspendido cautelarmente a los tres jueces directamente implicados, pero no quitará la medalla al estadounidense Paul Hamm para dársela al coreano Yang Tae Sung, como merecía. Según el reglamento de la FIG, los resultados no se pueden cambiar y sólo se penalizará a los jueces tras la resolución del expediente, como hace habitualmente después de los Juegos el comité técnico con otros fallos no tan graves.
El surcoreano Yang Tae Sung fue perjudicado en favor del estadounidense Paul Hamm
La marea negra ha pillado de lleno a un juez español, Benjamín Bango, asturiano, que ayer estaba ilocalizable, pero sobre el que sólo parece planear un lamentable error que se habría corregido sobre la marcha si los coreanos hubiesen presentado la reclamación a tiempo, y sólo lo hicieron tras la entrega de medallas cuando la maquinaria reglamentaria no podía dar marcha atrás. Todo se mantuvo tan en secreto que no había trascendido a las delegaciones en toda la semana. Bango ha sido suspendido cautelarmente junto a otros dos jueces hasta que se depure el expediente. Pero lo sospechoso es que el juez español pudo equivocarse y un colega colombiano -el otro integrante del jurado A que valora la nota de partida, es decir, la dificultad del ejercicio-, también. Pero el que tiene la obligación de supervisar las notas técnicas, es estadounidense, la misma nacionalidad que la del ganador.
El jurado A dio al coreano 9,90 en lugar de 10, como debería haber sido, con lo que el jurado B, que penalizó el ejercicio, lo rebajó a 9,712, en lugar de 9,812. Sin la décima perdida, Yang, que fue bronce, habría ganado el oro, por delante de Hamm. De 57,774 puntos con que se quedó hubiera subido hasta 58,874, mejores que los 57,823 del estadounidense, cuyo ejercicio final de barra le permitió incluso superar al coreano, Kim Dae Eun, plata, por 12 centésimas.
Al parecer, la delegación surcoreana protestó verbalmente ante el director técnico, el rumano Adrian Stoica, pero éste no les hizo caso porque deberían haberlo hecho por escrito. Eso mismo hizo la delegación española en los Mundiales de Anaheim (EEUU) cuando le ocurrió algo similar a Jesús Carballo y se corrigió inmediatamente. Pero en este caso no lo hicieron en su plazo y el comité técnico se reunió, visionó el vídeo y comprobó el error, pero no dio marcha atrás en la clasificación. Para muchos entrenadores, es una situación rara, porque, aunque exista, el error nace del descuido coreano de no corregirlo a tiempo.
Bango, de 38 años, ex gimnasta, es uno de los dos jueces asturianos en los Juegos. El otro es Pablo Carriles, de 32, también del Grupo Cultura Covadonga, donde ambos son entrenadores. Bango, que ya actuó en Sidney, ha reconocido en Atenas que en los deportes que se deciden por puntuación hay favoritismos, y antes de los Juegos afirmó: "Se intenta evitar que los regalos o atenciones no se excedan de lo ético, pero hay veces que intentan convencerte de que valores de forma positiva lo que ellos consideran que es un ejercicio muy bueno de un gimnasta de un país".
Pedro Mir, jefe de misión de la gimnasia española, concluye: "Conozco a Benjamín y sólo ha podido ser un error. Los jueces españoles siempre pecamos de tontos".
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