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Reportaje:PROFETAS EN SU TIERRA

El artista más censurado

Su rostro no es siempre conocido, su voz sí. Cuando el transeúnte islamista se cruza con él en una calle de Marruecos y le reconoce, se suele parar para saludarle y echar una parrafada. El peatón izquierdista hace otro tanto. A sus 49 años, Ahmed Sanussi, apodado Bziz, es el único capaz de reunir en una misma sala a adversarios políticos y hacerles reír juntos.

Bziz, o mejor dicho su voz, es muy popular en Marruecos. Sus chistes, sus imitaciones, sus juegos de palabras, sus canciones satíricas son escuchadas en casetes distribuidas por vendedores ambulantes. Los marroquíes los repiten entre risas. Muy pocos sabrían, sin embargo, identificar a este cómico tan popular. Lleva 15 años sin aparecer en televisión.

Sanussi desapareció de las pantallas de televisión cuando sus chistes se atrevieron a franquear esas líneas rojas que marca el entorno del monarca
Bziz es quien inventó el apodo de 'Majeski' para su majestad Mohamed VI, gran aficionado al esquí y a las motos acuáticas con las que surca el mar
"¿Por qué Aznar tomó Perejil? Como entrenamiento para buscar después en Irak Armas de Destrucción Masiva, pero sólo halló HBC" (Hachís de Buena Calidad)

Ahmed Sanussi desapareció de las pantallas cuando se atrevió a franquear esas líneas rojas que marca el majzén, el entorno del rey de Marruecos. Parodió en un escenario a Driss Basri, el entonces todopoderoso ministro de Interior de Hassan II. Dio incluso a entender que había manipulado unas elecciones en la década de los ochenta, una acusación que, hoy en día, formulan retrospectivamente todos los partidos.

Basri decretó que Bziz suponía una amenaza para el orden público. Su campo de actuación se restringió entonces drásticamente. Fue vetado también en la radio, pública y privada, y le resultó cada vez más difícil encontrar un teatro donde actuar. "A veces nos comunican, en el último momento, que falta algún trámite administrativo para alquilar la sala, o que ésta no cumple todos los requisitos de seguridad, pese a que dos días antes sí acogió un espectáculo", recuerda Sanussi con amargura.

"Es el artista más censurado en Marruecos", aseguró, en uno de sus informes, Human Rights Watch, la organización norteamericana de defensa de los derechos humanos que alaba su preocupación por estos temas. Dentro de Marruecos, las asociaciones pro derechos humanos han salido también en su apoyo, y hasta el prudente Tahar Ben Jelloun, el más célebre de los escritores marroquíes, le defendió con su pluma. En vano.

Bziz, que en árabe dialectal significa un molesto insecto nocturno, sigue siendo un proscrito. Sólo consigue subirse, de vez en cuando, a pequeños escenarios de universidades o locales sindicales. Recibe también invitaciones de las comunidades de inmigrantes marroquíes en Europa y Canadá.

Es entonces cuando Bziz se desata. Parodia los telediarios, oficialistas; bromea sobre la corrupción; desmenuza el laberinto de la Administración marroquí, que marea al ciudadano, y evoca las últimas elecciones legislativas, "las primeras trucadas de manera transparente y honrada".

Entona después una canción patriótica cuya letra, "Magreb una; watani, una" (nuestro Marruecos; nuestra patria), convierte en "Magreb ONA; watani ONA". El público aplaude a rabiar. Omnium Nord Africain (ONA) es la primera empresa marroquí y pertenece a la familia real. Es él quién inventó también el apodo de Majeski para su majestad Mohamed VI, gran aficionado al esquí y a las motos acuáticas.

Ahora, con la brusca mejora de las relaciones hispano-marroquíes tras la llegada al poder, en abril, de José Luis Rodríguez Zapatero, Bziz ha actualizado su repertorio. "En honor a Zapatero", bromea, "las autoridades marroquíes no van a poder acabar con las pateras, pero sí las han rebautizado con el nombre de zapateras".

El anterior presidente, José María Aznar, tampoco se libró de sus chistes. "¿Saben por qué tomó el islote de Leila (Perejil)", pregunta a su auditorio. "Porque quería entrenarse para, más tarde, buscar en Irak las ADM (armas de destrucción masiva)", se contesta a sí mismo. "Pero se llevó un gran chasco porque Marruecos sólo posee HBC". "¿Que qué es el HBC marroquí?" "Pues hachís de buena calidad", del que es el primer proveedor de Europa

Mohamed VI destituyó a Basri en el otoño de 1999, pero Bziz continúa estando vetado, si se exceptúa una breve aparición en la pequeña pantalla en el marco de un programa para recaudar fondos para asociaciones caritativas. "La última prohibición fue el mes pasado en Oued Zem", señala el cómico. "El pacha (representante local del Ministerio del Interior) me dijo que era persona non grata en su pueblo".

La persecución que padece llega, a veces, sorprendentemente lejos. La cadena de televisión árabe, vía satélite, Al Yazira no fue autorizada, en marzo 2003, a retransmitir desde Rabat un reportaje sobre una manifestación contra la guerra en Irak que incluía declaraciones de Bziz.

Maquetas de la libertad

"Para mí no ha cambiado nada en esta era de libertad que, dicen, vivimos los marroquíes", asegura Sanussi. "Para intentar ser designado como organizadores del Mundial 2010, Marruecos hizo maquetas de estadios e infraestructuras que nunca se llegarán a construir porque no fuimos elegidos".

"Pues bien, también se enseñan maquetas, a los extranjeros de paso, de una libertad de expresión, de asociación, etcétera, que no acaban de desarrollarse", señala, esta vez sin humor. "Al no poder ejercer mi profesión, sólo me queda por prender fuego a mis instrumentos musicales". Y ante el fotógrafo atónito quema su guitarra.

Ahmed Sanussi, cuyo nombre artístico es 'Bziz'.
Ahmed Sanussi, cuyo nombre artístico es 'Bziz'.KARIM SELMAUI

Ahmed Sanussi. Humorista

Nacido al lado de El Jedida, a 120 kilómetros al sur de Casablanca, "en una familia rica en valores humanos pero con bolsillos pobres", Ahmed Sanussi sueña de joven con ser abogado. Su talento de narrador le hará, sin embargo, cambiar de opinión e ingresar en un centro dramático. Continuará después sus estudios en París, en la célebre escuela teatral de Jacques Lecoq. En los setenta dará sus primeros espectáculos, en compañía de otro imitador, del que se separará cuando decide politizar su humor y surgen los primeros vetos. Publicará también una revista satírica, 'La Huppe', que le valdrá múltiples convocatorias a la comisaría y que será finalmente prohibida. Colaborará, por último, con los semanarios 'Demain' y 'Doumain', de Alí Lmrabet, hasta la condena de este periodista por ultraje al rey. A sus 49 años, Bziz sigue "con los bolsillos vacíos, pero con la cabeza llena de ideas porque la realidad marroquí es una fuente de inspiración inagotable".

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